30 jun 2009

Descargar "El beso de plata" en español

Hola!!
el otro dia traduciendo me di cuenta que faltaban pocos capitulos para terminar de traducir este libro asiq lo subi a 4Shared completo ya...
besos
Alice




Sinopsis: La madre de Sofía está muriendo lentamente. El cáncer acaba con su existencia y a Sofía le parece tan equívoco, tan injusto... Su padre no le dirige la palabra, si acaso se comunican a través de notas dejadas sobre el frigorífrico. Todo resulta devastador para aquella niña que pronto sería mujer. Deseaba hablar de la muerte, pero nadie se atrevería a hacerlo, hasta que conoció a Simón, cuya presencia evocaba la belleza e incomprensión que resulta ser la muerte.


"Su garganta empezó a latir con vida cerca de su boca y él se sintió atolondrado ante su olor suave y cálido. Trató de controlarse, pero no pudo; ella estaba demasiado cerca, demasiado dispuesta. Los colmillos salieron de sus fundas.
—Cree en esto —suspiró y la besó suavemente en la nuca—. Y en esto, y esto.
Luego la beso con el beso agudo, el beso de plata, veloz y verdadero, tan cortante como una cuchilla, y él se impregnó de la calidez de ella. La sintió entrar en su cuerpo, su calidez, dulce calidez."

10° capitulo del libro Royal Blood (Sangre Real): La invitacion

Complete mi camino a casa y aparque mi bicicleta en mi garaje cuando oí el sonido de pasos a pocos pies de distancia de mí. Cuidadosamente me encamine hacia la puerta con mí linterna preparada para cualquier enfrentamiento con vampiros.
Yo no vi nada. Sólo el SUV de mi padre aparcado. Estaba segura de que solo era un mapache con hambre forcejeando para comer de los restos del cubo de basura.
Entonces oí una ramita que se rompió. Y pasos.
Decidí hacer una carrera a nuestra puerta de atrás que esta a tan sólo diez metros del garaje. Todo lo que pude pensar era en Freddy Krueger. Michael Myers. O el enmascarado Jason. Las locas películas de terror embrujaban mis pensamientos.
Había visto tantas películas de miedo que hacían revolver mi entendimiento, así que tenia que ver algo de niños en mi mente, pensé. Barney. Teletubbies. Dora.
Esas imágenes me asustaron más.
Si tuviera lista mis llaves, las usaría para asegurarme de que cualquier cosa dentro de mí le causara daño corporal. Respire hondo y me prepare para la carrera. Pero antes de que hiciera mi primer paso, fui capturado en una sorprendente trampa. No era Trevor el de la sombra del garaje, ni siquiera el más nefasto vampiro enemigos de Alexander, Jagger Maxwell. Era Alexander.
-Oh... eres tú. ¡Gracias a Dios! - intente abrazarlo, pero él mantuvo su brazos cruzados.
-¿Dónde estabas?, - preguntó. Él era igual a mi padre cada vez que violaba mi toque de queda.
-Sólo salí a dar un paseo, - le dije la verdad.
-¿Ahora? ¿En la noche?
-Es aún temprano. Mi bici tiene una luz en la parte de atrás.
-¿Entonces que es eso? - pregunto, señalando a mi linterna. -¿Estuviste buscando algo? ¿O más bien a alguien?
-Siempre es bueno tener más luz. Yo no soy como tú: no puedo ver en la oscuridad. - bromee, con la esperanza de que el sonriera. Su expresión seguía siendo como una piedra. -Fui a tu casa, - le confesó. -Todos en Dullsville, incluidos Matt, Becky, y Trevor, han conocido a tus padres. Todo lo que yo tenía era una vaga memoria de un retrato que habías pintado de ellos. Quería verlos por mí misma.
Me sentí horrible. Mi impaciencia me había ganado lo mejor de mí una vez más. No estoy segura de cómo me sentiría si Alexander entrara furtivamente en mi casa, tratando de ver a mis padres como si fueran sujetos experimentales de una universidad. Yo no era mejor que el local Gossip Mongers.
Esperé lo que parecía ser una eternidad para la respuesta de Alexander. Yo estaba tan avergonzada de mí misma que apenas hice contacto con sus ojos.
Mi novio tomó mi muñeca y suavemente me atrajo hacia él.
-Creo que tendrías que estar bajo arresto por allanamiento. Pero yo siempre te convenzo de que confieses, - dijo siniestramente.
-Ya lo sabes, ¿no? ¿Lo previsible que soy?
-Era sólo cuestión de tiempo antes de que te encontrara escondida en unos de nuestros arbustos.
-¿Así que no estas enojado?
-No todavía. ¿Estás dispuesta a aceptar tu castigo?
Asentí a regañadientes. No estaba seguro de lo que un vampiro podría hacer como castigo.
Pero yo estaba dispuesta a averiguarlo.
-Yo te condeno a un millar de besos, - dijo. -¿Puedo comenzar ahora?
Por último, sonrió. Pulse mis labios contra él.
Cuando nos separamos, le pedí disculpas de nuevo.
-Está bien. Es hora de que los conozcas. Sin embargo, por esta noche, tendrás que cumplirme a mí. - dijo Alexander.
Y en la próxima hora seguí cumpliendo mi condena.


Otra carta llegó misteriosamente, sólo que esta vez fue en mi casa.
-Tienes correo, - dijo mi madre cuando llegué a casa al día siguiente. -Esta en la mesa de la cocina.
Yo no nunca recibía las tarjetas a excepción de mi cumpleaños o unas vacaciones. Incluso si se trataba de un folleto del colegio, me habría emocionado que me hayan dirigido algo.
Un sobre profundo y púrpura estaba sobre la mesa junto a los condimentos.
En una hermosa caligrafía negra se leía: Srta. Raven Madison. Como la carta de Alexander esta carecía de postales. En la parte trasera había un sello de “S” gravado en cera.
Casi me desgarró en el momento en que me acordé cómo Alexander abría su correo.
-Mamá, - llame. -¿Tenemos un abrecartas?
-Creo que hay uno en el escritorio de tu padre.
Abrí las puertas del escritorio de mi papá. Tenía una mesa de roble oscuro cubierto con fotografías familiares. Escanee el escritorio de cualquier objeto afilado, pero no encontré nada más que unas pocas plumas y un campo de golf en miniatura.
Por último, debajo de una carpeta de archivos, encontré un abrecartas de oro, el final en la forma de una raqueta de tenis. Y cuidadosamente abrí el sobre.
Saque la tarjeta y leí:
El Sr. y la Sra. Constantina Sterling solicitan el placer de su presencia para la cena de este viernes al atardecer
La mansión Sterling
Benson Hill
Es oficial. Tenía una cita para conocer a los padres de Alexander, ¡y yo tenía la invitación para probarlo!

28 jun 2009

Descarga de "Some girls bite" el 1° libro en español!!!

Bueno, como estaba acordado con mis hermanas dentro de poco pensabamos publicar la traduccion de este libro pero yo encontre a un chica en el blog Lux Di Lune que lo tradujo al español muy bien asiq decidimos poner su traduccion (que esta muy bien hecha) y vamos a empezar con la del segundo en la fecha que hibamos a empezar con el primero reconociendolo de esa manera le dejamos la sinopsis y su link de descarga...
Alice

Sinopsis:

De seguro la vida de una estudiante recién graduada no es exactamente lo que se dice glamorosa, pero era mía. Lo estaba haciendo bien hasta que los vampiros de chicago anunciaron su existencia al mundo, después un vampiro salvaje me atacó. Pero solo tomo un sorbo antes de que otro chupasangre lo asustara… y éste decidió que la mejor manera de salvar mi vida era convirtiéndome en una no-muerta.
Resulta que mi salvador era un Maestro-Vampiro de la Casa Cadogan. Ahora debo aprender a encajar en una mansión en Hyde Park llena de vampiros leales a Ethan “señor DE LA casa” Sullivan. Por supuesto, como es alto, de ojos verdes, de cuatrocientos años de edad, posee un encanto de siglos, que desafortunadamente espera mi gratitud y mi sometimiento. Claro...
Pero mis crecientes poderes(repentinamente, soy muy hábil con algunas armas algo serias), una inconveniente alergia a la luz solar y la actitud de Ethan, son las ultimas de mis preocupaciones. Alguien todavía quiere atraparme. ¡Será el vampiro salvaje que me ataco?, ¿un vampiro de la casa rival?, ¿una enojadísima turba de gente sosteniendo antorchas? Mi iniciación en la vida nocturna de chicago puede ser la primera batalla en una guerra,
allí habrá sangre…

Descargar aqui

27 jun 2009

Los primeros 9° capitulos de "Royal Blood" (Sangre Real) el 6° libro de la saga "Vampire Kisses" de Ellen Schreiber

Hola!!
bueno estoy teniendo muchos problemas con la subida al 4shared asiq decidi que, para no perder datos, voy a publicar los capitulos de VK6 amedida que los traducimos
por ahora tenemos 9 solamente pero a medida que los vaya traduciendo voy a actualizar esta entrada
y cuando los termine (y todos los capitulos esten seguros en el blog) voy a intentar subirlos a 4shared gracias
Alice
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Capitulo 1: Entrega especial

La carta llegó misteriosamente.
Me imaginaba que el repartidor era una enigmática figura enmascarada, cubierto con una capa negra con capucha, deslizándose sin ser detectado más allá de la verja de hierro forjado de la Mansión, a través de la oscuridad. Podría haberse acercado a la casa embrujada de los Sterling en un coche fúnebre. O tal vez había sobrevolado la amenazadora valla en forma de murciélago.
Al anochecer, la carta estaba en el buzón de la Mansión que normalmente estaba tan hueco como un ataúd vacío, que colgaba solitario en la parte inferior de la colina Benson, al final del largo y ventoso camino de la entrada. Así pues, la carta había pasado desapercibida durante varias horas mientras yo me escabullía a la habitación del ático de Alexander, y presionaba los labios mortalmente pálidos de mi novio, pero llenos de vida.
Habían pasado varias semanas desde que Alexander y yo habíamos regresado de nuestra aventura en Hipsterville, y aunque Alexander no me había mordido, hizo que esta mortal, realmente se sintiese parte del inframundo. Durante ese tiempo, experimentamos la vida de los vampiros sin ningún tipo de distracciones. No había escuela para interrumpir mi sueño durante el día, ningún Trevor Mitchell que fuese una espina en mi costado, y ningún estudiante de Dullsville High que ridiculizase mis ropas oscuras.
Tampoco hubo vampiros adolescentes acechándonos en el cementerio, interrumpiendo nuestras citas de ensueño. Ni las amenazas de un preadolescente Nosferatu intentando cambiar a mi hermano pequeño y a su amigo empollón en inmortales. Libres de la pugna de los Maxwells, Alexander y yo, ahora éramos capaces de unir nuestros mundos mortal e inmortal en uno.
También estaba comenzando a hacer algo que nunca había tenido la oportunidad de hacer antes… hacer de la mansión mi casa. ¿Y por qué no debería? En un desafío, en mi juventud, había entrado a escondidas en la finca abandonada a través de una ventana rota. Ahora, como invitada, podía caminar con total seguridad por su camino piedra, atravesando la frágil puerta que siempre estaba abierta para mí.
Nunca había sido tan feliz en mi vida.
Transformé la Mansión de Alexander en mi castillo vampiro privado. Me sentía como una reina medieval, y Alexander era mi apuesto rey. En lugar de pasar el resto de las vacaciones de verano en mi pequeña habitación, de repente me encontré reinando una finca palaciega. Sustituí las viejas y desgarradas cortinas del dormitorio de Alexander por unas nuevas de encaje negro. Añadí algunos candelabros que había encontrado en una venta de artículos usados, a los que su abuela había traído de Rumania. Puse rosas negras en los floreros y votivos con olor a lavanda y pétalos de rosa por todas las habitaciones vacías y mesas antiguas.
A Jameson, el mayordomo de Alexander, no pareció importarle. De hecho, incluso pareció que le gustaba que una mujer (o, en mi caso, una chica adolescente) pusiese un toque femenino en el lugar.
Incluso parecía que a la mansión le gustaba mi presencia. El suelo parecía dar un chillido suplementario cuando pasaba sobre el, como si la desigualdad de las juntas me saludase. El viento sonaba más fuerte de lo que recordaba, mientras silbaba a través de los vidrios rajados. Los crujidos de los cimientos hacían un eco afectuoso por las paredes en un volumen más alto de lo que lo hacían antes.
La enorme casa brillaba con velas y telarañas.
Durante el día me acomodaba entre los fríos brazos de Alexander, abrazados en su ataúd. Por la noche poníamos a todo volumen a Rob Zombie y hacíamos proyecciones a la medianoche de Fright Night.
Alexander me dio la siguiente mejor cosa que un brillante anillo de diamantes… un cajón de su tocador. Este era tan antiguo como el propio Drácula. Una antigua reliquia familiar medio astillada con tiradores de cristal que guardaba su ropa en cinco cajones de tres pies de largo. Alexander vació el del medio para mí, para que lo llenase con aquello que yo quisiese. Uno de los tiradores de cristal se había roto y lo reemplazó por uno de madera de color negro. Había incluso una cerradura. Al principio pensé que era imposible, pero un examen concienzudo me reveló que era verdad. Considerando que todo en mi habitación; (ropa, revistas, productos para el cabello) era un enredo desorganizado, mi cajón de la Mansión se encontraba en perfecto orden. Alexander sacaba lo mejor de mí. Guardaba un par de calcetines, mi sudadera de Emily the Strange, un par de camisetas, y una bolsita con forma de murciélago. A menudo sentía celos de los accesorios que se quedaban allí, se podía decir que ahora era su casa, mientras que yo regresa a la mía en Dullsville Drive.
Incluso logré hornear en la Mansión. Preparé galletas en forma de fantasmas, pastelitos con sombreros de brujas, y unos dulces de arroz inflado de chocolate. Con mi nueva independencia descubrí un aparte de mí que no sabía que existía.
Mis padres también estaban contentos, siempre y cuando regresase a casa para cenar y no estuviese fuera después de la medianoche. Estaba animadísima y muy alegre por que no tenía que esconderme durante todo el verano.
Alexander también parecía feliz… y muy inspirado. Cuando no estábamos vagando por el cementarlo al anochecer, pintaba paisajes y retratos míos. Comenzó a hacer una maravilla tras otra. Muchos de ellos eran cuadros de los lugares de la ciudad que habíamos visitado. El campo de golf, Dullsville High, el parque Oakley, el Hatsy's Diner, los columpios en el Parque Evans, y la biblioteca histórica. Estas pinturas eran brillantes, vívidas y dulces y reflejaban su cariño por la ciudad. Sabía que aquí, había encontrado su verdadero hogar.
Pero, sin que Alexander y yo lo supiéramos, todo estaba a punto de ser cambiado, por la carta que le estaba esperando bajo el resplandor de las luces de la Mansión.
Alexander tomó mi mano mientras dejábamos la mansión y dimos un paseo por fuera.
Cuando llegamos a la puerta, él me acercó.
-Estas últimas semanas han sido fantásticas. Así es como debería ser siempre. Sólo tú y yo.
-¿Para la eternidad?- Le pregunté, mientras le miraba fijamente.
Su pelo le colgaba de una manera sexy por delante de sus emotivos ojos. Había una alegría que nunca había visto en Alexander. Me dio un largo e impresionante beso, de los que te hacen flaquear las piernas. Cuando finalmente no separamos, vimos algo que capturaba la luz de la farola junto al buzón del correo. La bandera del buzón estaba levantada.
-Extraño. ¿Acaso el cartero te entrega tu correspondencia por la noche? Pensé que sólo yo sabía tu verdadera identidad.
Alexander también parecía perplejo.
-Jameson es muy diligente sobre llevar el correo tan pronto como llega.
-Bueno, quizás llegó después del mediodía-, le dije. -Tal vez es una entrega especial.
-La cogeré más tarde,- dijo Alexander con un encogimiento de hombros y puso su brazo alrededor de mis hombros. -Primero te acompañaré a casa.
-Olvídate de eso-, le dije antes de que empezamos a andar. -Tal vez es una invitación a una fiesta. O una notificación de que has ganado un viaje a Londres.
-O podría ser un lote de cupones de pizza.
Lo fulminé con la mirada.
-Bueno, nunca lo sabremos a menos que lo abras-, le dije tímidamente.
Alexander hizo una pausa. Luego, a regañadientes, se inclinó contra la tambaleante caja.
Sus dedos pálidos abrieron la tapa cuando empezaron a caer unas gotas de lluvia.
-Qué raro. Se supone que no llovería hasta mañana-, le dije.
Alexander señaló de nuevo la caja metálica.
-Toda tuya.
Miré fijamente en el buzón oxidado, que estaba tan oscuro como una tumba.
Medio me esperaba que apareciese una mano ofreciéndome una carta. Después de todo, era el buzón de un vampiro. Pero no vi nada.
-¿Tienes miedo? No te va a morder. Pero yo podría-, dijo, haciéndome cosquillas.
-¿Lo prometes?- Dije, riéndome tontamente mientras unas gotas de lluvia me cayeron en la cabeza. Me imaginé que podría ser picoteada por un pájaro que protegía a sus polluelos o mordida por un ratón de campo que estaba a la espera de un bocado. Respiré profundamente y metí mi mano con las uñas pintadas de negro en la caja oscura, pero sólo sentí una telaraña. Metí más la mano, tanto que ni siquiera veía mi muñequera de Eve L. Entonces sentí algo puntiagudo.
-No es un paquete-, le dije, sacándolo.
Había agarrado un sobre negro de tamaño estándar. Lo sostuve hacia el farol. La carta parecía extraña. En primer lugar, no había ningún sello, o incluso un matasellos. Tal vez se trataba de un cartero volador con colmillos. En una perfecta y hermosa caligrafía color plata se leía: Sr. Alexander Sterling.
Cuando se la entregué a mi novio, unas gotas de lluvia cayeron sobre la A y la tinta empezó a correr.
-Me parece que tendré que llevarte a casa-, dijo con resignación.
Alexander guardó la carta en su chaqueta, agarró mi mano y corrimos por el camino hasta adentrarnos en la Mansión.
Me paré en el vestíbulo. El olor a lavanda flotaba en el aire. Un nuevo retrato mío me miraba fijamente, que ahora estaba sustituyendo a uno de los cuadros que estaban antes en el vestíbulo.
-No tiene ninguna dirección-, comenté, mientras me alisaba el cabello.
-Reconozco la letra.
-¿De verdad? Entonces ¿de quién es? ¿De una antigua novia?
-No.
-¿Estás seguro?
-Estoy seguro.
-Apuesto a que te llegan millones de cartas de amor de tus antiguas novias.
Alexander colocó la carta sobre la mesa del vestíbulo.
-Espera aquí mientras le pido a Jameson las llaves del coche.
-¿No vas a abrir la carta?
-Más tarde.
Alexander era paciente y desinteresado. Yo no.
-Tienes que decirme de quien es-, le dije, cogiéndole la carta. -O la abriré - bromeé.
Alexander hizo una pausa.
-Es de mis padres.
-¿De veras?- Le pregunté, sorprendida.
Parecía que habían pasado años desde que los padres Alexander habían estado en Dullsville, y Alexander rara vez habla de ellos. La mayoría de las veces, se me olvidaba que existían.
-Bueno, ábrela - la empujé, devolviéndosela. -Tal vez te han enviado un cheque.
Alexander cogió un abrecartas en forma de S de oro blanco que había sobre la mesa de la entrada. A diferencia de mí, que abría el correo rasgándolo como un animal salvaje, Alexander cortó el sobre cuidadosamente.
Abrió la carta de color negro con un borde color rojo sangre. No había ningún cheque.
Ni siquiera un leu rumano.
Alexander comenzó a leer la carta para sí mismo.
-¿Qué dice?- Le pregunté, saltando alrededor de él, intentando desesperadamente echar una miradita. Pero todo lo que pude distinguir era la hoja con un membrete real con una inscripción que no podía descifrar.
Alexander juguetonamente sujetaba la carta fuera de mi vista. Pero cuando terminó de leerla, se puso serio.
-¿Qué dice? - Le pregunté de nuevo.
Sin responder, puso la carta en el sobre y la colocó en la mesa.
-Te llevaré a casa ahora.
-¿Qué dice? - Repetí.
-En realidad, nada.
-¿Tus padres te escribieron para decirte nada?
-Ajá.
-¿Están todos bien?
-Sí.
-Entonces, ¿por qué no estás sonriendo?
Entonces pensé que tal vez leer la nota escrita a mano por ellos, hizo que los echase de menos. Un mayordomo espeluznante, pero amable, no podía sustituir a los padres en una antigua finca solitaria.
-Estoy segura de que los extrañas. Apuesto a que los verás pronto.
-Lo haré-, dijo. -Llegan mañana.
-¿Mañana?- Le pregunté, sorprendida.
-Sí. Eso significa que las cosas están a punto de cambiar.
Eché un vistazo alrededor de la mansión. Parecíamos dos adolescentes que habían destrozado la casa con una fiesta sólo para encontrar que sus padres volvían de sus vacaciones antes de tiempo.
-Nuestro nido-ataúd de amor tendrá que acabarse.
Alexander asintió a regañadientes.
-Y mis decoraciones tendrán que ser quitadas.
-Eso parece.
-¿Qué hay de mi cajón?
-Encontré la llave del tocador-, dijo con una sonrisa.
Mientras Alexander cerraba la puerta detrás de nosotros, me las arreglé para echar un último vistazo a pétalos de rosa negros que había en la mesa del vestíbulo. Mi cuadro tendría que quitarse y el que estaba en un principio tendría que volverse a colocar.
También habría que guardar los votivos.
Una cosa era segura: Esta vez, Alexander, no Jameson, tendría que limpiar la Mansión.


Capitulo 2: Regreso a la escuela deprimente.

Esa noche, estaba desgarrada mientras veía reposiciones La Familia Monsters sentada con las piernas cruzadas en mi silla. Aunque estaba deseosa por conocer finalmente a los padres de Alexander, también estaba triste de que las cortinas de encaje negro cerrasen nuestra independencia.
Nunca me había sentido más en casa que cuando me quedaba en la Mansión con Alexander durante el verano. Fue un sueño hecho realidad poder experimentar el estilo de vida de un vampiro. Despertar al atardecer, divertirnos en la oscuridad, vivir a la luz de las velas. Estaba segura de que podría vivir así eternamente.
Sin embargo, nuestro verano de amor estaba a punto de terminarse.
Alexander tenía razón. Las cosas estaban a punto de cambiar. Sus padres llegarían dentro de poco, y yo tendría que regresara la escuela dentro de unos días. No más noches juntos, no más remodelación de la mansión. Estudiar sustituiría a la pintura, y yo estaría en casa con mis padres, y Alexander con los suyos.
Apagué la televisión y me uní a mis propios y extraños padres que estaban abajo en el salón familiar. Mi madre estaba doblando la ropa, y mi padre archivaba unos papeles del trabajo. Los típicos padres de clase media. La antitesis, estaba segura, de los de Alexander. Me preguntaba como serían los padres de Alexander.
¿Serían morbosamente estupendos como Herman y Lily Monster? Recordé las historias de las observaciones Dullsvillian de los Sterlings de cuando habían visitado la ciudad por primera vez, pero yo nunca los había visto.
Estaba segura de que tenían que ser fantásticos - todo lo que mis padres no eran. Leerían el Transylvanian Times: en lugar del Dullsville's Ledger. Se cambiarían a murciélagos en lugar de ponerse pantalones a cuadros de golf.
Descansarían en un ataúd en lugar de una cama trineo. Apuesto a que eran los padres más guays del mundo… o del inframundo.


-Finalmente voy a conocer a los padres de Alexander.- Le grité emocionada a Becky al día siguiente en el Hatsy's Diner. Cuando me escabullí al reservado, Becky hojeaba la máquina de discos tablero y bebía a sorbos un batido de fresa. A mi me esperaba uno de chocolate.
Desde que comenzó el verano, Becky y yo habíamos pasado la mayor parte del tiempo con nuestros amores verdaderos. Aunque nos habíamos visto de vez en cuando, no habíamos estado tan pegadas como en los últimos veranos. Me habría resentido nuestra separación, si no tuviese un novio, también. Todavía echaba de menos a mi mejor amiga y estaba emocionada por compensar el tiempo perdido. Tenía una necesidad desesperada de una charla de chicas.
-Desde que conocí a Alexander, siempre ha estado sin padres. No estoy segura de cómo va a afectar a nuestra relación, - le expliqué a Becky.
-Tal vez la haga mejor.
-¿Cómo? Tuvimos la Mansión para nosotros solos. Estoy segura de que su madre no me aprobaría como su diseñadora de interiores.
-Estoy segura de que todo irá bien.
-¿Y si son muy estrictos y Alexander no puede salir por la noche?
-Eso no me lo puedo imaginar, - dijo Becky. -El vive para la noche.
-Probablemente tendrá ahora que hacer cosas de familia.
-Y las tareas domésticas, - añadió ella. -Matt tiene que cortar el césped constantemente. Yo crecí en una granja-obviamente. Conozco mejor que él el funcionamiento de un cortacésped. Pero me hago la tonta mientras lo observo intentar averiguar la forma de ponerle gasolina. Entonces intervengo y me convierto en todo una Bob Vila.
-Jameson hace las tareas. Sin embargo, ¿cortar el césped? Creo que le echan veneno al suelo. - Nos reímos. -Además, Alexander es responsable. Para esas cosas no es como yo. No necesitan regañarle.
-Creo que te estás preocupando por nada. Estoy segura de que todo va a salir bien.
Bebí ruidosamente mi batido de chocolate y aparté la mirada.
-Me pregunto si Alexander se parece a su madre o a su padre.
-¿No has visto fotos?
No. ¡Son vampiros! Quise decir. De hecho, las únicas imágenes que había visto eran unos retratos que Alexander había pintado.
No había ningún álbum familiar, ni salvapantallas, ni fotos sobre la chimenea.
-Es diferente en persona, - dije en cambio. -Una cosa es cierta… Estoy segura de que son mucho más guays que mis padres.
Había tantas cosas que aún eran nuevas para mí-el tener un novio, descubrir que es un vampiro, y ahora conocer a sus padres vampiros. Me preguntaba cómo me iría.
Siempre me había enorgullecido de ser la que aconsejara a Becky, pero esta vez ella era la experimentada.
-¿No es extraño: cuando estás con la familia de Matt? -, Le pregunté.
-Totalmente. Él es una persona diferente. No nos cogemos las manos. Él incluso se sienta en su silla en vez de sentarse a mi lado en el sofá.
-Eso es lo que me da miedo. El fin de mi vida amorosa.
-Sólo tienes que compensarlo cuando ellos no están en casa. O guardarlo para la escuela. Pero Alexander no va a la escuela...
-No me lo recuerdes.
-Pues, en vuestro caso, planead más citas en el cementerio.
-¿Cómo fue cuando te reuniste por primera vez con los padres de Matt? - Le pregunté.
-Pensé que sería como una reunión formal en el club de campo. En cambio estábamos en el salón de la familia de Matt cuando su madre llegó a casa del trabajo. Él dijo, 'Oye, mamá, esta es Becky' Y ella me dijo: 'Hola, Becky, encantada de conocerte'. Entonces desapareció. Y paso más o menos lo misma con su padre. Fue diferente cuando Matt vino a mi casa, - divagó Becky. -Mi mamá lo hizo sentarse en la cocina y le preparó un pastel de manzana. Estaba tan avergonzada.
-Sí, recuerdo que me lo contaste. Pero, ¿cómo te sentiste con los padres de Matt?
-Estaba tan nerviosa. Pensé que ya que no vivía en el barrio me verían como una desaliñada chica de granja. Pero ellos siempre están felices de verme. Todavía estoy esperando a que me echen de su casa.
Dejé de beber ruidosamente el batido. Yo no vivía en una Mansión. Y más importante, no era un vampiro. Me había centrado tanto en Alexander cuando dijo que las cosas iban a cambiar. Tal vez el estaba hablando de algo más que de unos cuantos floreros de estaño. Tal vez se refería a mí.
-¿Qué pasa si no me aceptan? - Solté.
-¿Por qué no te aceptarían?
-No soy como ellos.
-¿Qué quieres decir?
-Yo no soy...
-¿Sí?
¡No soy un vampiro! Soy una mortal. Ni siquiera soy como Luna Maxwell, que provenía de una familia de vampiros. En Rumania, Alexander había tenido una ceremonia de convenio concertada con ella, pero como no estaba enamorado, no pudo llevarla a cabo.
-¿No eres qué? - Preguntó Becky.
-¡No soy de Rumania!
-Duh, - dijo. -Creo que eso ya lo saben.
-Pero tal vez quieren que su hijo salga con alguien de Rumania.
-¿Por qué querrían eso cuando viven aquí?
Porque una chica de Rumania podría ser como ellos, en lugar de como... nosotros, quise decir.
-Escucha, su abuela construyó una mansión aquí. Si Rumania era tan genial, ¿por qué se mudaría a este pueblo?
-Pero su abuela era una baronesa. Mi abuela es una jubilada.
-Alexander no se parece a ese tipo de snobs. De hecho, todo lo contrario. Él es extraño como...
-¿Yo?
-Bueno... nosotras, - admitió Becky.
Becky quizás tenía razón. Pero no me dejé convencer tan fácilmente. No es que yo proviniese solo de los barrios bajos, era de un mundo diferente.
Becky dio un toque con su tenedor en mi batido.
-No te preocupes. Alexander está enamorado de ti. Eso es todo lo que importa. Cuando el Sr. y la Sra. Sterling vean lo feliz que esta, ellos también estarán felices.
Sonreí ante las palabras de mi mejor amiga.
-Ves, por eso tenemos que salir mas nosotras solas, - dije. -No podemos dejar que nuestros novios nos quiten nuestras horas juntas por mi buenos que ellos estén.
-Bueno, nos veremos todos los días ahora que la escuela va a comenzar.
-No me lo recuerdes. El verano se acabó.
-¿Puedes creer que seremos estudiantes de penúltimoaño? - preguntó como si hubiera ganado la lotería.
Becky tenía suerte. Le interesaba la escuela. Su mejor amiga y su novio estarían a su lado. Habría estado contenta de volver a la escuela, también, si fuera a ver a Alexander en lugar del fastidio de toda mi vida, Trevor Mitchell.

Capitulo 3: Visita Nocturna.

La noche antes de que la escuela comenzase, acariciaba a mi gatita, Pesadilla, y navegaba por la red cuando empezó a mirar fijamente a la ventana y a sisear. Arqueaba el cuerpo y tenía el pelo erizado.
No pude sujetarla entre mis brazos. Se escapó a través de mi cama, saltó al alfeizar y golpeó el cristal con su pata.
-Probablemente solo sea un pájaro, Pesadilla. Cálmate.
Entonces oí un pequeño tintineo, como si algo hubiese golpeado la parte exterior del cristal. Pesadilla enloqueció. Se lanzó a través de la habitación y se escabulló a través de la pequeña rendija que formaba la puerta entreabierta.
Eché una ojeada a la oscuridad. Me llevó un momento que mis ojos se ajustasen.
No vi nada inusual alrededor del garaje o del columpio que estaba a escasos metros de distancia.
Pero una sombra se apoyaba contra el árbol. Presioné mi cara en la ventana.
Allí estaba él. Mi Chico Gótico, mi Caballero de la Noche, mi Príncipe Vampiro. Mi corazón palpitó.
Salí corriendo de la habitación, bajé a toda velocidad las escaleras, escabulléndome por la puerta trasera, hasta llegar a los brazos de mi novio.
Alexander me saludó con un largo beso, que envió escalofríos por mi columna vertebral.
-Tenía que verte, - dijo. -No puedo quedarme mucho tiempo pero quería desearte suerte antes de que empezases la escuela.
-Te he extrañado tanto.
-Yo también. Creo que hasta la Mansión te echa de menos.
-¿Cómo están tus padres?
-Bien.
-¿Cómo son? - Sondeé.
-No sé... igual que los demás.
-¿Están contentos de estar en casa?
-Mamá dice que la Mansión huele a flores.
-¿Le dijiste que las había puesto?, - Le pregunté.
-Creo que lo adivinó.
-Apuesto que te alegras de verlos. - Alexander se encogió de hombros.
-Está bien, sé que los echabas de menos. - Él vaciló y, a continuación, empezó a hablar como si estuviese revelando un secreto nacional. -Ha sido fantástico hablar con mi padre. Él es un comerciante de arte. Es muy interesante y tiene mucho que compartir sobre el mundo del arte. Me trajo un cuadro de un artista en alza en Francia.
-¿Le gustaron tus obras?
-No estoy muy seguro de que me tome muy en serio. Piensa que pinto sólo por diversión.
-¿Y tu mamá?
Los ojos de Alexander centellearon.
-Apuesto a que te adora, - le dije.
-Es mi madre. No deja de insistir en que no como nada y ha prometido que me engordaría.
-¿Cuando los conoceré?
-Esperemos que pronto.
-Creo que me estás ocultando.
-Es verdad... Te quiero toda para mí. - Me abrazó con fuerza y me giró en el aire.
-¿Saben todo?
-No le cuento todo a mis padres. ¿Y tú?
Alexander tenía un punto. Desde luego, no les había dicho a mis padres que teníamos citas en el cementerio y que durante el día dormía con él en un ataúd.
-¿Saben que no soy un vampiro?, - Le pregunté.
-¿Tus padres saben que soy uno?
Me sorprendió. ¿Tenía Alexander que ocultar mi identidad, como yo tenía que ocultar la suya? Pensé que ya lo sabía no que se habían enterado por Jameson o los Maxwells. A lo mejor Jagger y sus hermanos, Luna y Valentine, no habían regresado a Rumania o no habían querido comentar que Alexander había preferido a una mortal a Luna. Y tal vez Alexander decidió no decirles a sus padres que yo era una mortal, como yo había optado por no decirles a los míos que él era un vampiro. No se me había ocurrido que el no pudiese decirles la verdadsobre mí. No me había dado cuenta hasta ahora de lo doloroso que debía de ser para él que no pudiese revelarles su secreto a mis padres, o incluso a mi mejor amiga.
-No quieres que los conozca, ¿verdad?, - Le pregunté. -Entonces ellos lo sabrán.
-¿Qué?
-Que te avergüenzas de mí.
-¿Por qué me avergonzaría?
-Por que soy mortal.
-Todo lo que saben es que tengo una novia y que soy feliz.
No estaba enfadada con Alexander. ¿Cómo podría estar enfadada con él, cuando yo no lo había compartido con mi familia, a quienes veía todos los días y el no había visto a la suya en meses?
Pero estaba decepcionada. Había asumido que Alexander les habría dicho a sus padres todos los detalles sobre el encuentro de la chica de sus sueños en Dullsville y nuestras aventuras. Pero claro, Alexander era un chico. Sabía que Billy Boy no había compartido con mi mamá que se había enamorado de una chica. Y no podía imaginarme a Trevor contándole a la Sra. Mitchell todos los detalles sobre las chicas con las que había salido aunque él probablemente se lo hubiese contado a todo el equipo de fútbol. Alexander no sólo no hablaba con sus padres, sino que tampoco tenía ningún amigo en Dullsville aparte de mí.
Sentí la punzada de soledad de Alexander. No tenía con quien compartir sus pensamientos. Supuse que esa era la razón por la que pasaba gran parte de sus horas de vigilia pintando.
En lugar de ser impaciente como yo normalmente era, sabía que tenía que darle tiempo a Alexander para estar con su familia.
-Ahora tengo que irme. Pero quería pasar a saludarte, - dijo de repente.
-Lamento que no puedas venir mañana a la escuela conmigo. Me servirías de motivación para mejorar mis notas si estuvieses en mis clases. Especialmente si pudiese robarte algún beso rápido en el pasillo.
-¿Qué te parece esto para motivarte, ya que no puedo estar allí contigo?
Metió la mano en su bolsillo y sacó una pulsera negra con un colgante de plata en forma de corazón.
-¡Me encanta! - Dije, poniéndomela. Alexander me abrazó y me dio un tierno beso de buenas noches.
-¿Cuándo te volveré a ver? - Le pregunté, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura como una esposa gigante.
-Antes de lo que crees. - Suavemente apartó mis manos, dio un paso hacia las sombras, y desapareció.
Alexander seguía siendo un misterio. Ansiaba saberlo todo sobre él, y sus evasivas sólo me hacían quererlo más.

Capitulo 4: Instituto Monstruoso.

La mayoría de las personas temen a la oscuridad, tienen miedo a lo desconocido… creen que puede haber extrañas criaturas escondidas en sus armarios o por las calles desiertas.
Yo abrazaba la noche. La luz del día era lo que me daba miedo. Podía ver los monstruos… y todos ellos iban al instituto de Dullsville.
Este año empezaría en la escuela con una pequeña diferencia al año pasado.
No sólo sería una chica de penúltimo curso, sino que esta sería la primera vez que regresaría al instituto Dullsville con novio. Además conocía el mundo de los vampiros y tenía muchas aventuras nocturnas. Pero una cosa no había cambiado: llegaba tarde.
El timbre ya había sonado cuando Becky y yo llegamos al aparcamiento en su camión. Estudiantes bronceados se iban corriendo a clase. Todavía no me había adaptado al horario matutino de las clases. Mi estómago se revolvía y mis parpados colgaban pesados. Becky con impaciencia corrió por delante de mí, mientras subía los escalones de la escuela como un zombi.
-Date prisa, - dijo, diligentemente sujetando sus libros y su horario de clases en la entrada principal.
Justo entonces me di cuenta de que me faltaba una información valiosa.
-¿Dónde está mi horario? - Saqué mi monedero de el Cadáver de la novia comprobé los bolsillos de mis pantalones, y mi mochila.
Becky se impacientó. Habíamos pedido las mismas clases, pero sólo coincidíamos en unas pocas.
Y yo no recordaba en cuáles.
-Sé que tengo Inglés a primera hora, - le dije, esforzándome por recordar.
Pero no había comprobado el horario desde que comenzaron las vacaciones de verano.
-Creo que tengo a segunda Ingles, ¿y podría tener Gimnasia a tercera?
-¡Vamos a llegar tarde a todas ellas! - La cara de Becky enrojeció. El pánico inundaba sus grandes ojos marrones.
El sonido del cierre de taquillas y el de las puertas de las aulas hacían eco por las paredes del pasillo.
-Adelántate. No quiero que nos pongan falta el primer día, - bromeé.
Aliviada, Becky se apresuró a la clase de Inglés de la Sra. Naper, mientras yo me dirigía a las oficinas centrales.
Arrojé mi mochila en el escritorio del secretario.
Los administradores eran brillantes y alegres, estaban descansados debido a la luz del sol del verano y de estar unos meses sin los estudiantes.
-Wow, las clases ni siquiera han comenzado y ya estás en la oficina del director, - oí decir a una voz masculina que atravesaba la puerta por detrás de mi. -Esto es un record para ti, ¿verdad?
Me di la vuelta. El director Reed, como yo, sostenía una taza de café.
Encontré su broma solamente un poco graciosa, lo que hizo que nuestro líder de la escuela sonriera.
-¿Qué tal el verano?, - preguntó, y observó mi clara piel pálida. -¿No tuviste mucho tiempo para disfrutar del aire libre?
Apenas una le dirigí una sonrisa.
-De todas formas, - dijo. -Será mejor que vayas a clase. - Y negó con la cabeza mientras entraba es su oficina.
El secretario de la escuela me hizo algunas preguntas y después imprimió mi horario.
-Todavía tengo esas pesadillas, - dijo el secretario. -Aparecer en la escuela sin saber que clases tengo o en donde se encuentran las aulas. Lo peor es cuando aparezco en medio de un examen para el cual no he estudiado.
-Las pesadillas de algunas personas son la realidad para otras, - le dije. Cogí mi horario, me bebí el café, y con apatía me dirigía la clase.
La Sra. Naper, una mujer alta y delgada, con una clara preferencia por los clásicos (y una fuerte tendencia por demostrarlo) me saludó con un fulgor severo y unas amonestaciones verbales. Ella era conocida en todo el sistema escolar de Dullsville por el “Papel Naper”, un ensayo de preparación para la universidad que todos los de penúltimo año tenían que completar, y en donde serían clasificados bajo la más estricta de las normas. Varias cosas estaban a mi favor, sin embargo.
Había un asiento vacío junto a Becky, y no se veía por ninguna parte a Trevor Mitchell.
-Para reiterar, - comenzó la Sra. Naper cuando me senté, -vuestro orientador vendrá a hablar con vosotros sobre la universidad, las solicitudes, becas y subvenciones, el próximo mes. Para que os preparéis, vuestra primera tarea será una entrevista con un compañero de clase y un ensayo, seguida de una breve presentación. Ahora que estáis en penúltimo año deberíais contemplar la universidad y las posibles trayectorias profesionales. Este ensayo os ayudará a estimular el descubrimiento de lo que os gustaría hacer, y al mismo tiempo conoceréis más acerca de vuestros compañeros.
El Papel Naper parecía pan comido. Sabía todo sobre Becky, y de la misma manera, ella lo sabía todo sobre mí. Podríamos completar el ensayo en la cantidad de tiempo que nos llevaría escribir trescientas palabras y hacer clic en el corrector ortográfico.
-Raven, - continuó, -mientras encontrabas el camino a clase, te asignamos un compañero.
Me giré hacia Becky:
-Gracias por salvarme. - Mi mejor amigo evitó mi mirada.
-¿Qué, has elegido a alguien más?- La presioné.
-Alguien más me escogió. - Entonces me indicó un estudiante en la primera fila. Era Matt.
-Puff… - Suspiré. Me sentía tan traicionada como Charlie Brown, cuando Lucy, lo engañó al fútbol.
La puerta del aula se abrió y Trevor Mitchell entró sujetando varias cajas de tiza.
-Gracias, Trevor, - dijo la Sra. Naper, sus mejillas enrojecieron tanto como el lápiz labial rojo que llevaba, mientras cogía las cajas que le ofrecía el guapo atleta.
-¿Él está en esta clase? - Le pregunté a Becky. -¡Debería haber cambiado mi horario cuando tuve la oportunidad!
Mi némesis me observó mientras venía por el pasillo hacia mí. Cuando llegó a mi mesa, se inclinó.
-Hola, compañera, - dijo con un guiño.
Mi corazón se calló al frío suelo.
-¡Dime que no es verdad!
Envidié a mi mejor amiga. Fue asignada a su novio y yo tendría que aguantar a Trevor.
Forzada a hacerle preguntas de las cuales no quería saber las respuestas. Y a cambio, el se entrometería en mi vida privada. ¿Por qué no podría ser como Becky y tener un novio, que asiste a la escuela conmigo durante el día, en lugar de ser un estudiante que toma clases en casa por la noche? Aunque siempre había soñado con salir con un vampiro, sin duda tenía su lado oscuro.
Durante un momento, toda esa cosa nocturna me molestó. Y peor aún, tendría que pasar un tiempo con Trevor Mitchell. Mejor sería rendirme y aceptar mi suspenso con la Sra, Naoer ahora.
-Así que recordad, - continuó la Sra. Naper. -Los últimos años son los más importantes. Es hora de empezar a pensar en vuestro futuro. Es importante que os toméis esta tarea en serio.
-Genial. Trevor no solo me había atormentado desde el jardín de infancia, si no que ahora, si no aprobaba este trabajo, también podría arruinar mi futuro.


Me escapé rápidamente de Trevor en cuanto sonó el timbre, pero no tuve tanta suerte a la hora del almuerzo. Estaba tumbada en el césped, a la sombra de un árbol y protegida con mis gafas de sol, cuando sentí a alguien a mi lado.
Podía oler el atractivo oler de las patatas fritas recién hechas.
-Oye, Becky, - dije, sin moverme. -¿Trajiste mis patatas fritas?
-No, pero te traje otra cosa, Chica Monstruo, - oí que decía la voz de un chico. -Mi persona.
Me saqué las gafas de sol. Trevor se recostó a mi lado, descansando sobre un codo.
-¡Vete!, - le ordené.
-Me imaginé esta era un buen momento para empezar la entrevista, - dijo. -Puedo garantizarte que aprobarás. - Sostuvo una patata delante de mis labios, como si quisiese alimentarme.
Golpeé su mano y la patata salió volando.
-Y yo puedo garantizarte que nunca verás la luz del día otra vez.
Se inclinó sobre mí, su pelo rubio estaba a escasos centímetros de mis mechones negro azabache.
-Quiero conocerlo todo sobre ti.
Casi me da arcadas su penoso intento de seducción y coloqué mis botas entre nosotros.
Pero el simplemente se tomó esto como un signo de pasión y sujetó mi bota.
-Sabía que me echarías de menos. He pasado todo el verano sin verte. Pensé que te habías mudado.
-Debería hacerlo. - De un tirón retiré su agarre sobre mi pierna, empujándolo. Sus patatas fritas se derramaron sobre la hierba, pero no se molestó. Trevor podría comprar toda la cafetería si quería.
-Solamente piénsalo, - dijo. -Podrías haber pasado el verano conmigo, relajándote en la playa, en lugar de estar en un nido de murciélagos. Pero nunca has tenido buen gusto.
Matt y Becky se acercaron con dos bocadillos y mis fritas.
Desde el baile de invierno en donde se había descubierto que Trevor era el que había lanzado los rumores sobre que la familia de Alexander eran vampiros y Matt comenzó a salir con Becky, la relación de estos dos jugadores snobs se había tensado. Ya no eran los mejores amigos, pero Matt y Trevor todavía se reconocían mutuamente.
-Trevor ya se iba, - dije. Mi Némesis se levantó y se limpió la tierra que le había dejado mi bota en su recién lavada y planchada camiseta de marca.
-Por lo tanto, ¿nos vemos esta noche, compañera?- preguntó Trevor. -Puedes venir a buscarme después de los entrenamientos. No queremos esperar hasta el último momento para empezar. - Trevor le arrebató una bolsa de papas fritas a Becky. -Creo que estas son mías.
Matt dio un paso detrás de él, pero Becky lo contuvo.
-Este va a ser un año largo, - dije con resignación, y volví a ponerme las gafas de sol.


Apenas hablé cuando Becky me llevó a casa. Cada una de mis clases fue más miserable que la anterior. Mis pensamientos no estaban con historia o con ecuaciones matemáticas, sino en un vampiro de la colina Benson. Mientras hacíamos nuestro camino a casa, Alexander todavía estaría escondido en la seguridad de su habitación del ático, ignorando todo lo que pasaba en mi mundo.
Era extraño que estuviesen pasando tantas cosas y que él no pudiese enterarse hasta la puesta de sol. Realmente quería ser parte de su vida-no sólo durante el verano, sino para siempre. Miré fijamente por la ventana cuando pasamos por el cementerio de Dullsville. Habíamos tenido tantas citas románticas en la tierra sagrada. ¿Por qué no iba a cambiar mi mundo por el suyo? Si Alexander simplemente me mordiese, si clavase sus colmillos en mi cuello y tomase mi dulce sangre. Esto significaría el fin de la escuela y de Trevor. Y sería un nuevo comienzo para nosotros.
Esa noche, bailé sobre las escaleras de la entrada en anticipación a la llegada de Alexander. Casi podía oler su loción Drakkar y sentir la suave piel de sus mejillas contra las mías, sus dedos deslizándose por mi espalda, y sus piernas tocando las mías mientras nos sentábamos en el pórtico. Pero después de que pasasen diez minutos desde que se había puesto el sol, comencé a impacientarme. Esperaba desesperadamente saltar a sus brazos y contarle mi horrible situación en la escuela. Él insistiría que estaba exagerando y que todo se arreglaría antes de que me diese cuenta. Había cuidado de mi misma durante años, y este caso no era diferente, exceptuando una cosa importante: tenía un novio fuerte a mi lado.
Tenía a alguien que velaba por mí, incluso si esa persona estaba aislada en un ataúd. Se tomaría a risa lo de Trevor, y amenazaría con convertir a mi Némesis en polvo, si osaba mirarme mal.
En lugar de escuchar el chasquido de las ramas mientras Alexander surgía de entre las sombras, oí el timbre de mi teléfono móvil.
-No voy a poder ir-, dijo Alexander con rotundidad.
-Estás bromeando...
-Mis padres quieren hablar conmigo.
-Pero, yo también.
-Supongo que tendrás que esperar. Te prometo que te compensaré.
-¿Cómo esta el cajón?
-Todo sigue intacto. Pero preferiría que te guardase a ti, a tus sudaderas.
Ni siquiera tuve la oportunidad de contarle a Alexander sobre el horario de clases, y mucho menos sobre el encuentro con Trevor.
Oí de fondo como Jameson lo llamaba por lo que mi caballero en brillantes Doc. Martens tuvo que colgar.
Mi horario nocturno era tan nefasto como el de día.

Capitulo 5: Riesgo.

Me sentía todo negativa... y no en una buena forma. Me había dejado plantada mi propio novio… el más fiable caballero que conocía. Así que pensé en contar con el consuelo del único hombre con el que podía contar en ese momento: mi padre.
Mi papá y Billy estaban jugando a Riesgo y la lucha por la dominación mundial en la habitación familiar, mientras que mi mamá estaba trabajando en la computadora familiar.
-Pensé que estabas con Alexander, - dijo mi mamá.
-Lo creí también - dije. Mire sobre el hombro de mi mamá, que era la diseñadora anual de los volantes para la subasta de arte de Dullville.
Me deje caer en La-Z-Boy.
-¿Cómo estuvo la escuela? - preguntó mi padre.
-Es horrible, - le dije. -Tengo un compañero en la clase de Ingles: Trevor. Matt escogio a Becky, y Trevor deliberadamente me escogió. Su única misión en este mundo es arruinar mi vida. No voy a llegar en cualquier universidad. Voy a estar obligada a vivir aquí para el resto de mi vida.
Mis padres se miraron con horror. El pensamiento de una gótica vaga de treinta años llena de tatuajes en lugar de una mujer trabajadora no era lo que habían previsto. No encajaba con sus salidas de golf… y de dobles mixtos y lleno de planes de jubilación.
-¿Por qué no puedo ser como Alexander y tener la escuela en casa? - Lloriquee.
-Creo que vi a los padres de Alexander - dijo Billy de repente.
-¿En serio?, - Le pregunté. -¡Se supone que los tendría que haber visto yo antes!
-Henry y yo fuimos a la panadería Shirley- dijo, cuando tiraba los dados, -y cruzábamos la plaza cuando descubrimos una señora y un hombre, vestido de pies a cabeza de negro, entrar en la galería de la calle principal.
Me levante de un salto y afronte a mi hermano:
-¿Los viste de cerca?
-Yo estaba muy lejos, - dijo, se centró en su ejército, se estaba preparando para invadir Siberia. -Pero estoy seguro de que eran ellos. Nadie de aquí es tan blanco. Su piel era tan pálida que casi podía ver a través de ella.
-Estoy esperando conocerlos. Tengo que admitir que siento mucha curiosidad respeto a ellos, también - dijo mi padre, moviendo sus tropas.
-¿Tu?, - le pregunte. -¿Y yo que? Alexander ni siquiera me invito. Tiene que haber algo malo en mí.
-Duh, - Billy murmuró bajo su respiración. -He estado diciendo que desde hace años. El estaba preparado para acabar con su invasión de Asia, cuando cubrió sus piezas con su cuerpo flaco.
-¿Crees que soy yo? - Le pedí a mi madre.
-Por supuesto que no… talvez es que acaban de llegar de la ciudad. Es probable que se estén adaptando.
-No estoy tan segura... algo parece extraño. Alexander nunca cancela las citas.
-¿Qué pasó con la confianza de las niña que crié? - pregunto. -Nunca te ha importado lo que nadie pensaba de ti. No te han importado los docentes, compañeros de clase, o incluso nosotros.
Mi mamá tenía razón. Pero estas personas no eran gente normal. Estos eran los padres del amor de mi vida.
Y eran vampiros.
-Relájate, - dijo mi padre cuando empecé a irme a mi habitaron. -Alexander no esta ocultándote nada. Tal vez este preocupado por lo que pienses de sus padres.
Tomé las palabras de mi padre en mi corazón. Yo nunca había pensado en esta situación desde la perspectiva de Alexander antes de ese momento. Recordé cómo me había avergonzado yo cuando Alexander se reunió por primera vez con mis padres totalmente conservadores la noche del baile de invierno.
Sorprendí a mi padre dándole un fuerte abrazo. Aunque mi padre era totalmente la vieja escuela, en momentos como este que fue el hombre mas moderno en el planeta.

Capitulo 6: Un paseo en el Parque.

Los días y las noches pasaban lentamente sin Alexander. Intente encontrar la comodidad en la pulsera artesanal de Alexander, al igual que un bebe en una manta. La obra maestra seguía estando alrededor de mi muñeca inclusive en la ducha y cuando me iba a dormir, pero no podía sustituir a los brazos de mi novio.
Sabía que los Sterlings no habían visto a su hijo durante mucho tiempo, quizás solo lo querían todo para sí mismos. Yo no sabía demasiadas cosas acerca de ellos, pero parecía que sus padres y yo teníamos mucho en común.
Era como si estuviera viendo un espejismo cuando finalmente vi a Alexander que me espera en la puerta de la Mansión.
Sin embargo, él no estaba igual de amoroso como de costumbre. Parecía preocupado y distante, más allá de mí y mirando hacia la distancia.
-¿Nos vamos dentro?, - le pregunté.
-No... mis padres están fuera y me gustaría obtener un poco de aire fresco, también.
Alexander caminó con las manos en los bolsillos, pateando las hojas con sus botas de sucursales. Me agarre de su brazo.
-Pensé que te alegrabas de verme.
-Lo estoy. - Trató de alegrarse. -¿Cómo va la escuela?
-Tengo ese proyecto de Inglés y es con Trevor. Es la formulación de nuestras ideas sobre las perspectivas de carrera, ya que se supone que tengo que empezar a pensar en la universidad.
-¿Sabes lo que te gustaría ser?, - preguntó.
-He conocido durante años. Pero tendrás que ayudarme un poco… o debería decir, darme una mordida.
-Eso no es realmente una carrera, pero...
-¿Tan importante es una carrera?
-Para hacer dinero lo es.
-Tu no tiene que preocuparse de eso.
-¿Por qué lo dices? - pregunto, deteniéndose en un viejo árbol de arce.
-Vives en una mansión. Duh.
-¿Crees que es fácil? - se ofendió. -¿Que puedo hacer lo que yo quiera?
Yo estaba sorprendida.
-Yo no quería ofenderte.
-No tengo todo el dinero en el mundo.
-Nunca dije que sí.
-Eso no es lo que... lo que te gusta de mí, ¿verdad? - La confianza del contento Alexander que yo había visto hace unos días no fue la pude ver en ninguna parte. Alexander estaba preocupado y tuve que llegar a la raíz de esa preocupación.
-¿Qué tiene de malo? Tú nunca has actuado así antes. ¿De verdad crees que me gustas porque usted vives en una Mansión y tienen mayordomo? Además, no me gustas… te quiero.
Alexander sacudió la cabeza. Tomó mis manos y me atrajo cerca.
-Muchas cosas han cambiado tan rápidamente. Sólo tengo que poner las cosas en orden.
-Tú no tienes que salvar al mundo todos los días, sabes.
-Nos vamos a pasar el tiempo juntos, una vez que lo hizo.
-Lo sé. Estoy tratando de lidiar con esto, también. Me siento solo y estoy como loca. Pero una vez que tus padres se instalen va a cambiar. Ellos se enfermaran de ti, al igual que mis padres se enferman de mí.
Alexander sonrió.
-Además, ahora tenemos tiempo juntos. He estado esperando todo el día para verte. Hablemos de nosotros.
-O no, - dijo, su mal humor estaba desapareciendo lentamente. -Podemos hablar más tarde.
Él se inclinó en contra de un árbol fuera de la mansión y me besó.
-Vamos a divertirnos un poco, - dijo.
-¿Esto no era divertido? Pensé que lo era.
Alexander me llevó al Parque Evans. Él me persiguió por todo el parque hasta que casi me desmaye del agotamiento. Sin aliento, me deje caer sobre mi espalda y mire a las estrellas.
-Deseo que cada noche fuera así.
-Si así fuera, entonces nosotros no las apreciamos.
-Quizás no tanto. Pero que me gustaría vivir de esa manera para siempre.
-¿De espaldas mirando a las estrellas?
-Contigo. - acaricie su cabello y Alexander me besó juguetonamente. -No es demasiado tarde,- le dije.
-¿Por qué?
-Para que sea como tú.
-¿Por qué tienes que ser como yo? ¿Por qué no puedo ser como tú?
-Bien, como tú quieras. Voy a ser aburrida y mortal para el resto de mi vida.
-¿Crees que te encuentro aburrida, porque no eres un vampiro?
Me senté.
-No soy emocionante. No puedo volar y no duermo en un ataúd y con excepción de mi ropa, me imagino que soy bastante normal. - Yo odiaba a admitirlo, incluso a mí misma.
-Tu estás lejos de ser normal… eres extraordinaria. Eres libre de pensar, enérgica, aventurera, y a veces incluso peligrosa. ¡Por no mencionar irresistiblemente sexy!
-¡Halágame mas! - Dije, y le di un gran abrazo. -Imagínate si yo dormiría en un ataúd todos los días… no sólo unas pocas semanas durante vacaciones de verano.
-Pienso sobre eso cada vez que cierro la tapa, - me di cuenta de que era difícil para Alexander, también. Pero no se quejaba. Se mantuvo sus sentimientos para sí mismo, y se detiene en lo positivo, no sobre lo negativo, al igual que lo hice yo. Yo todavía tenía mucho que aprender de mi novio vampiro, Alexander Sterling.

Capitulo 7: Observaciones.

-Nunca creerás lo que he visto ayer por la noche, - anunció Becky cuando me recogió de la escuela mañana siguiente, yo me estaba corrigiendo mi eyeliner líquido azul índigo que había manchado accidentalmente alrededor de mis ojos, yo era una visión de un verdadero insomne. Tal vez hubo ventajas en no verse reflejada.
Becky me siguió a mi habitación y me agarró mi mochila.
-Vi a los padres de Alexander, - Becky soltó finalmente. Sus palabras eran como una descarga eléctrica.
De repente me despierte:
-¿En serio?, - Le pregunté. -¡Todavía no los he visto!
-Yo lo sé, es muy extraño.
-¿Cómo son?
-Realmente no pude verlos de cerca.
-¿Estas segura que realmente eran ellos? Podría haber sido cualquier mayor con ropa oscura, - razone.
-Estoy segura porque vi Jameson ayudarlos a salir del Mercedes.
-¡Wow! Realmente los vistes. ¡Dime todo!
-Yo estaba conduciendo Matt casa de la práctica, cuando pasamos por el edificio de oficinas de Emerson. El Mercedes estaba aparcado en frente. Jameson abrió la puerta del auto y un hombre alto en una capa salió con un lanky mujer que lleva un paraguas abierto. No era lluvia. Y aun más extraño, que estaba oscuro.
-¡Fueron ellos! - Deduje yo mientras nos dirigimos hacia la puerta. -Tuvo que haber sido.
-¿Quién lleva un paraguas abierto en la noche bajo un cielo perfecto? - Becky pregunto.
-¡Sólo las mejores personas en todo el mundo!
El edificio de oficinas Emerson era un nuevo edificio de diez pisos. Empresas que, una vez que ocuparon la pintoresca y encantadora plaza principal ahora habitaban en ese espacio aburrido y antiséptico. Se lleno de todo, desde bienes raíces a los impuestos. Hubo incluso una peluquería y una práctica de cirugía plástica.
-Curioso. Me pregunto lo que estaban haciendo allí, - dije.
-¿Crees que la Sra. Sterling fue ha hacerse un corte rápido de cirugía? - pregunto Becky.
-No creo que tenga necesidad de ello.
-Tal vez nada más aburrido que la asesoría fiscal, - ofreció Becky cuando llegamos dentro de su camión.
-Así que ellos salen de la mansión. Y por alguna razón, yo no entro. Esto exige una investigación al estilo de Raven Madison.
Pasé el día de la escuela fuera de lugar, en espera del final para que suene la campana y me preguntaba por qué los Sterlings estaban en el control de Emerson en la noche anterior.

Capitulo 8: Espías Atómicas.


Con la promesa de una hamburguesa Hatsy atómica y papas fritas, soborne a Becky para que me llebe a Emerson en la mitad de nuestro camino a casa después de la escuela. Esta en mi naturaleza espiar, por lo que lo aproveche. Por supuesto, Becky se horrorizó con la idea y decidió esperar en el auto.
-Necesito tu ayuda, - le dije.
-Puedes hacerlo tu sola.
-Podemos cubrir más terreno con dos personas. Quiero saber por que tuvieron que venir aquí.
-¿No es eso espionaje? Tal vez el padre de Alexander fue a cortarse el pelo. ¿Por qué tendría que ser tan importante?
No lo sería si no fueran vampiros, que quería decir: “Nada es normal”.
Becky aparco el camión en el parque.
-Bien, iré yo. Sin embargo, deja el camión en funcionamiento en caso de que necesite una rápida escapada.
-Espera, - dijo, saltando de la camioneta. -Yo mejor mantengo mis ojos en ti.
-Trabaja todo el tiempo, - masculle.
El edificio Emerson era como cualquier otro centro de oficinas de lujo. La estructura de cristal azul y blanca era. Una fuente de tres niveles de relieve estaba en el centro del edificio, y los pisos brillaban como si recién hubiera sido encerado.
Becky parecían estar intimidada por lo que ella creía que era un guardia de seguridad listo para detener a todos los adolescentes merodeadores.
-Es un mostrador de información, - le dije. -Relájate.
Hice mi camino a los ascensores y escanee la lista alfabética de los inquilinos que cuelgan en la pared.
-Ahora tenemos que ver uno a uno para saber en cual entró.
-Pensé que sólo querías saber qué estaba en el edificio.
Hice caso omiso del comentario de Becky.
-Vinieron por la noche de modo que algunos de estos ya se eliminaron.
Arrastre a Becky a la peluquería para hombres.
-Solo atendemos hombres, - me dijo el recepcionista teñido de rojo antes de que le hiciera una pregunta.
-Lo se. ¿Vino una pareja la noche pasada?
-¿Un pareja masculina?
-No, un hombre y una mujer. Son de Rumania.
-No.
-Bueno, gracias por tu ayuda, - le dije. -Uno menos, faltan quinientos.


Abrimos las puertas de vidrio de la clínica de cirugía estética Younger You.
-¿Te acuerdas de ver una pareja ayer? - Le pregunté a la recepcionista, que podría tener se duplicó como enfermera.
-Nuestra lista de clientes es confidencial.
-Entonces no puede decirme quien visitó su oficina, pero seguramente usted me pueda decir quien no. Por lo tanto, ¿puedes que confirmarme que un hombre y una mujer de Rumania no visitaron ayer esta oficina?
Ella rodó sus ojos.
-Sí.
-Sí, ¿sí estuvieron aquí?
-Sí, no estuvieron aquí.
Becky estaba harta. No de los recepcionistas… pero si de mi.
-¿Qué tal si te espero aquí? - pregunto, señalando la fuente.
-Quédate conmigo. No parezco tan chiflada si estas conmigo, - le suplique.
Entramos en el ascensor y fuimos piso por piso, oficina por oficina.
-¿Recuerdas si una pareja de entro aquí la última noche estaba vestida como yo? - Les preguntaba, y cada uno de los recepcionistas me miraba boquiabierto y respondía:
-No creo que me lo acordaría.
La última oficina era de bienes raíces: Berkley.
-Estoy cansada. Por favor, solo vallamos a casa - Becky imploró.
-Pero sólo queda una.
-Me voy, - dijo Becky, agotada.
Mis pies también me dolían, ¿y quién sabe, tal vez uno de los recepcionistas con los que hable no trabajo ayer?
-Muy bien, - le dije, siguiendo a mí cansada amiga al ascensor. -Basta de caza de padres por el día de hoy...
-Mañana, - dijo Becky cuando se cerraban las puertas de los ascensores, -puedes agarrar el autobús.

Capitulo 9: En la oscuridad.

-¿Supongo que no sabes que vi anoche cuando mi papá y yo fuimos a cenar a Brios? - Trevor me pregunto al día siguiente antes de la clase cuando abrí mi casillero.
-¿Una animadora? ¿Una shopgirl?, ¿o un maestro? Tendrás que darme una pista. No puedo seguirte con lo que es tu gusto en citas.
-Los Sterling fantasmas.
-De ninguna manera. - Dejé mi mochila y me enfrentó a él de lleno. -¿Viste a quién?
-El Sr. y la Sra. Muerte. Tu… mejor seria decir maniquíes mórbidos tendrían rastrearlos y devolverlos a su mazmorra. Estaba tan rechazados. Perdí mi apetito.
-Exacto, tú tienes el mismo efecto en mí.
-Son más monstruos que tu incluso. ¿Estás segura de que no los quieren echar, también?
-¿Qué hiciste? ¿Cómo quién eran?, - Le pregunté.
-¿No los vistes todavía? - Trevor parecía sorprendido, como lo había sido.
-Claro. Varias veces. - Recogí mi mochila y comencé a empujar los libros de texto en mi armario.
-Tú no los vistes, ¿no? Supongo que no soy el único que piensa que eres rara. Alexander lo hace, también.
Sus comentarios eran como un juego en mi corazón.
-Ellos se reunieron con alguien, - continuó. -El Sr. Berkley llegó a su mesa. Pensé que tal vez se iba a ir rápido, pero no lo hizo.
-El Sr. Berkley, ¿de la inmobiliaria Berkley? - Me di cuenta entonces de que fue la última oficina del edificio Emerson que quedaba para investigar.
-Hay rumores de que quieren comprar el cementerio.
Yo estaba humeante. Trevor había visto a los Sterlings antes que yo. Además, me enojó que haya ridiculizado a la madre y al padre de Alexander.
-Tal vez se quiere comprar una casa y utilizar una habitación como un vertedero, - contrarrestarse.
Mi mente corrió hacia los Sterlings que de alguna manera conocían al Sr. Berkley. ¿Fue a él a quien realmente vieron en el edificio de Emerson? ¿Era Jameson planificando la compra de su propio lugar, ahora que se casaba? Estaba segura de que existe una explicación plausible de su encuentro.
-¿Podías oír lo que decían? - Pregunte.
-Creo que fue: “¿Me prestas tu sangre?” ¿Cómo puedo saber lo que dice? Entonces... ¿cuándo vamos para iniciar nuestros ensayos?
Cuando vea a los padres de mi novio, quería decir. Golpee mi armario cerrado y termine nuestro dialogo.
Me había mantenido en la oscuridad el tiempo suficiente.
Todo el mundo en la ciudad parecía haber visto a los Sterling menos yo. Yo iba a asegurarme de que todo había cambiado. Si los Sterlings no venían a mí, he resuelto, ir yo a ellos.


Cuando se puso el sol, tomé mis accesorios de RBI (Raven Madison Investigaciones): mochila pequeña, linterna, compacto y espejo. Ajo en polvo no era necesario y, en este caso, tenía que atraer antes que repeler al objeto de mi investigación. No era la primera vez que me metía en la propiedad de la mansión.
Sabía del césped y los motivos de todo el patio de la Mansión mejor que de lo que conocía mi propio patio trasero. Sin embargo, había una cosa con la que no había contado: La puerta de hierro forjado estaba bloqueada. Alexander siempre la había dejado abierta, facilitando mi entrada. Y tuve que cambiar el plan.
Iba a tener que escalar la valla. Llegué y subí hasta la cima como si yo fuera parte de la expedición al Everest. Creo que tras dormir en el ataúd todas las semanas durante el día sin hacer nada por mi fuerza tenia dura la parte superior del cuerpo. Pero persevere.
Patee con mi pie la parte superior de la puerta. Una gárgola me miraba.
Me deje ir y caí con un ruido sordo. La mansión parecía estar vacía. Estaba a punto de entrar a hurtadillas en cuando escuché arrancar un coche en la puerta. La puerta se abrió y me escondí detrás de un arbusto.
El Mercedes condujo por el camino sinuoso de la entrada. Se estacionó frente a la Mansión.
Jameson salió y dos figuras surgieron de la cabina, seguidas por otra figura mas baja. ¿Era Alexander? Estaba tan oscuro que no podía distinguir a mi propio novio.
Desde una distancia segura, seguí las sombras, ya que hicieron su camino hasta dentro de la Mansión, que empezó a iluminarse con velas habitación por habitación.
Una vez más, sola. Era siempre una forastera igualitaria. En Dullsville, en la escuela, en mi propia familia, y ahora con la familia de mi novio.
Vi como el ático de Alexander se iluminaba. Supuse que Alexander estaba pintando otra vez o talvez estaba soñando en mí como yo soñaba con él.
Dos caras aparecieron de repente en la ventana. Me arroje de nuevo al arbusto que estaba enfrente de la mansión. Estire mi cuello para registrar el segundo piso. Dos caras mortalmente pálidas se asomaron a cabo de unos segundos en la ventana… como apariciones en busca de algo o alguien que habían perdido. Las caras desaparecieron y toda la habitación se oscureció.
¡Yo había visto los padres de Alexander!

23 jun 2009

1° libro de la Orden de la Academia Spence (Libba Bray)

Bueno en este tiempo q cerramos el blog yo (soy Alice) estaba reengripada asiq tube tiempo de terminar un monton de traducciones (4 jajaja)
ME ENCANTO ESTE LIBRO!!!!
la verdad esta buenisimo!!
me re-emocione y consegui terminarlo y empesar con la traduccion del 2° (Angeles Rebeldes) tengo 12 capitulos y la mitad del 13
bueno del proximo ya se esta encargando Rosalie y espero que lo tengamos pronto
nos vemos
Alice

La orden de la Academia Spence:

La primera impresion que Gemma tubo de la Academia Spence no podia ser peor. Quiza la joven estubiera afectada por la tristeza y su caracteristico mal humor, pero habia algo especialmente siniestro en aquel enorme edificio que lo asemejaba mas a una mansion de fantasmas que a la selecta institucion britanica para señoritas que debia representar. Una curiosa percepcion que no tardaria en rebelarse como el primer pasohacia un extraño

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6 jun 2009

Primer capitulo de el 6° libro de la saga Vampiro Kisses: “Royal Blood” (Sangre Real) de Ellen Schreiber

Hola!!!
Otra entrada!!!!! jajaja
Ya tenemos el primer capitulo de Royal Blood (en realidad ya tenemos ocho pero como ya saben estamos con problemas de Internet)
Los queremos
Suerte y esperamos que les guste!!!
Alice, Esme y Avril


Royal Blood:


Sinopsis:
Las vacaciones de verano han terminado. Y Raven esta muy ansiosa por volver a Dullsville.
Alexander recibe inesperadamente una carta sobre la posible visita de sus padres a la ciudad.
Y una vez que ellos llegan, casi todos pudieron ver a la pareja, excepto Raven ¿Que es lo que retrasa a Alexander de presentar a Raven a sus padres?
¿Alexander podría estar escondiendo algo sobre sus padres?
Cuando Raven es finalmente invitada a la fiesta más emocionante de su vida, el próximo giro de los acontecimientos podría transformar todo su futuro con Alexander.

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Primer capitulo de La Guía de Jessica para las Citas con el Lado Oscuro de Beth Fantaskey

Hola!!!
Actualizando con las entradas antes de que se acabe el Internet
Ya tenemos el primer capitulo de La guía de Jessica para las citas con el lado oscuro (en realidad ya tenemos cuatro pero solo pudimos subir el primero)
Esperamos que se solucioné este problema muy pronto
Los queremos
Suerte y esperamos que les gusten!!!
Alice, Esme y Avril


La Guía de Jessica para las Citas
con en el Lado Oscuro:


Sinopsis:
Los no muertos pueden realmente fastidiar tu último curso…
Casarse con un vampiro definitivamente no encajaba con los planes
de Jessica Packwood para el último curso. Pero entonces un extraño
(e increíblemente guapo) estudiante de intercambio llamado Lucius
Vladescu aparece, diciendo que Jessica es una princesa rumana
vampira y que es su prometida perdida durante mucho tiempo.
Armada con una recién encontrada confianza y una copia de Crecer
siendo un no muerto: una guía para el adolescente vampiro de citas,
salud y emociones, Jessica pasa de ser una adolescente americana
normal a ser una glamurosa princesa vampira europea. Pero cuando
una taimada animadora se fija en Lucius, Jess se verá luchando por
recuperar a su caprichoso príncipe, parar una guerra mundial vampira
y salvar el alma de Lucius de la destrucción eterna.

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