8 jul 2009

24° capitulo de Royal Blood (Sangre Real) de Ellen Schreiber: Voces del mas allá

Alexander y yo estábamos en su habitación del ático. Mi novio pintaba un cuadro hermoso de la estación de trenes mientras intentaba escribir mi ensayo inglés en la laptop de mi mamá. Pero estaba demasiado distraída para comenzar a escribir sobre mis opciones de carrera posibles… no solo porque Alexander fuera un hermoso artista, brillante y estaba concentrado en su creación, sino porque podía oír las voces apagadas de los padres de Alexander que hablan en su dormitorio, en el piso de abajo.
Yo apenas podría distinguir unas palabras: Sr. Berkley. Venta. Rumania.
-Vuelvo rápido, - le dije a Alexander, pero él estaba tan absorto en su pintura que probablemente yo volvería antes de que él notara que me había marchado.
Salí a hurtadillas por la escalera del ático y fui de puntillas por delante del dormitorio de sus padres. La puerta estaba entrecerrada. El cuarto de baño estaba a sólo unos pocos metros, y si yo entrara sería capaz de oír el eco de sus voces debido a las paredes huecas.
-El Sr. Berkley dice que tenemos que renovar la casa antes de que se venda, - oí decir al Sr. Sterling cuando pasaba por delante de su puerta. Me quede parada junto a una mesa que estaba justo de su puerta.
-Pienso esta perfecta de el modo en el que esta, - la Sra. Sterling respondió.
-Estoy de acuerdo. No cambiaria nada. Mi madre construyó esta casa de la manera que ella lo deseo y permanecerá así hasta que haya un nuevo propietario.
-Tal vez lo que debamos cambiar es la inmobiliaria, - ofreció la Sra. Sterling.
Había una pausa leve.
-Constantino, - dijo la Sra. Sterling con voz preocupada. -Quizás nos equivocamos en la decisión de vender la Mansión.
-Lo sé, Cassandra. He estado luchando con esto, también. No ha sido una decisión fácil. He tratado de explicárselo a Alexander, Pero nuestras vidas están en Europa. Y ahora es tiempo de que volvamos. Todos nosotros. Nuestra casa siempre estuvo en Rumania. Somos demasiado viejos para cambiar todas nuestras vidas.
-Creo que tienes razón. Pero me preocupo…
-No lo entiendo, - añadió Sr. Sterling, cambiando su tono. -El Sr. Berkley dijo que ni una persona ha mostrado interés en la Mansión. Él explicó que los ciudadanos le han dicho cosas horribles sobre nuestra casa. No estoy seguro de por qué alguien diría tales cosas. Nadie, además de los Madisons, ha estado adentro.
El entarimado debajo de mí chirrió tan fuerte, que pensé que sería capaz de oírlo en toda Rumania. La puerta de dormitorio crujió abierta. El Sr. Sterling apareció, y detrás de él apareció la Sra. Sterling muy alta y escultural. La entrada de cuarto de baño que una vez me pareció tan cercana ahora parecía que estaba a millas de distancia.
-Raven, - dijo la Sra. Sterling, -Nosotros no sabíamos que estabas aquí.
-Simplemente estaba…
-Hemos estado queriendo hablar contigo, - dijo ella, -ahora que te has enterado sobre la venta de la Mansión, - no me moví. -Sé debe ser difícil para ti, Raven, como lo es para nosotros, - dijo la Sra. Sterling con una voz suave.
Asentí.
-Has hecho tanto por Alexander, - siguió ella. -Sé que será difícil para él estar lejos de ti. Entonces, debes prometerme que nos visitará.
En condiciones normales, el pensamiento de mí yendo a Rumania a visitar a la familia de Alexander sería lo más emocionante de mi vida. Sin embargo, si tuviera una opción, yo preferiría ir de vacaciones a Rumania y visitar a mi novio en la Colina Benson.
-Lo prometo, - dije.
Alexander apareció al pie de la escalera.
-¿Qué pasa aquí?
-Nada, - dijo la Sra. Sterling. -Nosotros solamente pasábamos por el pasillo.

***

Sentí un enorme dolor por los Sterling. Ellos fueron tan desgarrados como nosotros sobre la mudanza. Ellos hacían lo que ellos pensaban que era la mejor decisión, aunque esto no era la opción que Alexander y yo haríamos.
Yo no podía concentrarme en la escritura y Alexander necesitó un descanso de su pintura.
Se hacia tarde, por lo que él me condujo a mi casa.
-Pienso que nuestro plan esta funcionando, - dije cuando me condujo a la puerta. –Si seguimos así, estarás aquí por más tiempo, - Alexander se inclino y me dio un beso encantador.
Por la primera vez en mucho tiempo, conseguí dormir toda la noche.

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