18 jul 2009

Capitúlos del 25 al 28 de Royal Blood (Sangre Real)

Hola gente, mi nombre es Laura pero llámenme Haushiinka. Soy la nueva integrante de este hermoso blog, al menos ayudo en algunas cosas a Alice y edito el "look" del blog :)
Bueno, aca les dejo los capítulos!.

Saludos!
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Capitulo 25: Entrevista Horrorosa.

Lamentablemente la cara del siguiente chico que tuve que ver era la de Trevor.

-No hemos contestado todo, - dijo mi Némesis, encontrándome sobre el césped después de la escuela.

-Pienso que puedes rellenar los espacios blancos, - contesté.

-Puedo llevarte a casa. Podríamos hacerlo en el coche.

Lo fulminé con la mirada.

-Hablo del trabajo, - dijo Trevor, levantando una ceja.

-Yo preferiría caminar.

-¿Cuándo vas a admitir que me evitas porque está gustas de mí?

-Cuando el infierno se hiele.

-Debes saber del infierno… vives allí. ¿Qué, terminamos el trabajo? - me desafió Trevor.

Pensé durante un momento. Sutilmente fui tomado con la idea de tener mi propia revista de moda con Becky como habíamos hablado, pero yo no podía compartir esto con Trevor. Yo sólo sería ridiculizada. En cambio dije:

-Bien, Chico Fútbol. Calcula una carrera para mí. Algo qué me dará el dinero para ser independiente. - Trevor abrió su cuaderno.

Yo podría ver que varias páginas escritas de su ensayo ya estaban completas.

-¿En qué se equivoca un de hombre cuando cuida de ti? - preguntó. -Alguien rico. Y poderoso.

-Ya tengo eso. - Admití.

-Y rubio.

-Me gusta el pelo negro.

-Y popular.

Él realmente tenía razón sobre eso. Ni Alexander ni yo éramos populares. Pero, ¿Trevor Mitchell? Él podría haber sido el rey del baile escolar en primer grado.

-¿La fama no es importante para ti? - preguntó, moviéndose poco a poco más cerca. -¿Qué cada uno conozca tu nombre?

-Pienso que ya lo conocen.

-Pero no por los motivos correctos, - dijo él con una sonrisita.

-No estoy interesada en ser famoso. Estoy interesada en ser como soy.

Trevor sacudió su cabeza y apuntó algo en su cuaderno.

-¿Así que, dónde acabamos? ¿Quieren tus padres que sigas sus pasos?

-No. ¿Es que no has terminado aún? - Lloriqueé.

-¿Qué te gusta hacer durante un día lluvioso? - él preguntó.

-Sentarme fuera.

-¿Qué te gusta hacer durante un día soleado?

-Duermo.

-¿Puedes pensar en cosas mas creativas?

-No.

-¿No lo haces? - él preguntó, sorprendido. -¿Por como te vistes y te arreglas? Pienso que siempre fuiste creativo. Como un payaso.

-¿Quieres que te golpee ahora? ¿O delante de toda la clase?

-Cálmate. ¿Cuál es tu ropa favorita?

-¡Um! Mi vestido para baile de corsé.

-¿Cuándo cierras tus ojos, con quién sueñas?

-Alexander.

-¿Si quisieras besar a alguien de la escuela, quién sería? - él preguntó, inclinándose hacia mí.

-Eso no está en la hoja. ¡Ninguna de estas preguntas tiene que estar en el trabajo, Cabeza Hueca!

Con Trevor, a veces era difícil de saber si se burlaba de ti o no.

-Yo solamente me aseguraba que me prestabas atención. Ya termine mi parte de la entrevista. Ahora solamente tengo que escribir el ensayo.

-Tan… ¿no tenemos que encontrarnos otra vez?

-He terminado mi parte, - dijo él con timidez, y me dio la hoja de la entrevista completada. -Ahora es hora de terminar tus preguntas sobre mí.

Mi hoja de la entrevista de Trevor estaba en blanco. Rápidamente apunté algunas respuestas a las preguntas y se lo di.

-No aprobaras si escribes poco, - dijo él.

Trevor y yo nos levantamos y quitamos el polvo sobre la suciedad de nuestros vaqueros.

-Nuestra siguiente cita será delante de la clase, - dijo él.

Yo no podía evitar sentir una punzada de bondad hacia él, como él sin querer había ayudado a Alexander a permanecer en la Mansión.

-Voy a encontrarme con mi padre, - él dijo cuando entró en su Camaro. -¿Te enteraste? Mi papá podría comprar la Mansión. - Me paré de golpe.

-¿Qué dijiste?

Me dirigió una malvada sonrisa.

-Yo estaba esperando para decírtelo a cuando vos terminaras mi parte de la entrevista… hablamos de la Mansión en la cena de anoche y que por los rumores que andan en la ciudad nadie lo comprará porque seria tirar dinero. Mi papá dijo que la tierra en la que esta la propiedad es valiosa. Será más barato alquilar una pelota de derribo y una excavadora. Pensé que querrías saberlo. Harán un gran centro comercial.

Yo no sabia que decir. Mi propio plan se daba vuelta contra mí. Y desde luego, Trevor era la única persona para hacerlo.

-No… ¡no puedes comprarla! - Dije con mi cuerpo lleno de la rabia. -Tu no puedes comprarla… ni mucho menos derribarla.

-Sé que no puedo, Chica Monstruo. Pero mi papá si puede.

El padre de Trevor es dueño de la mitad la ciudad de Dullsville. Y no querría que la Colina Benson estuviera en esa mitad.

-Le diré a mi papá que salve unos ladrillos cuando la derribe. Puedes tenerlos como un recuerdo. No te cobraré mucho, ya que no tienen valor, - él dijo, subió su ventana y se fue.


Capitulo 26: Plan B.

Espere con impaciencia alado de la puerta de la Mansión.

-Necesito hablar con Alexander, - le dije Jameson tan pronto como abrió la puerta delantera.

-Él todavía está durmiendo, Srta. Raven.

Supongo que Alexander, como yo, tuvo finalmente tener una buena noche de sueño… o en su caso, días de sueño.

-Esto no puede esperar. - Hablé con la autoridad y urgencia.

-Voy a ver lo que puedo hacer. Espere en el estudio.

Entre en la vieja y polvorienta, habitación llena de libros. Pasaron varios minutos hasta que Alexander apareció en pantalones vaqueros y una camiseta.

-¿Qué sucede?, - preguntó.

-¡Todo! - Me apresure hacia a él. -Pero tenemos que hablar en privado.

-¿El gazebo? - él sugirió el lugar donde nadie en la tierra nos podía oír.

***

Alexander aparcó el Mercedes delante de la entrada del cementerio. Nos apresuramos hacia el monumento de su abuela. El único sonido que oímos era un gorgojeo de grillos.

-Alguien va a comprar la Mansión, - solté cuando alcanzamos el monumento.

-¡Estas bromeando!

-No, y es peor es el padre de Trevor.

-Eso es horrible. Yo pensé que nuestro plan funcionaba.

-Lo pensé también. Planea destruir la mansión y construir un centro comercial.

-¿Destruirla? - los ojos calidos de Alexander se convirtieron en un rojo ardiente.

-Lo se. Es horrible. Hicimos un trabajo tan bueno convenciendo a la gente que la mansión era una perdida de dinero que nadie quiso comprarla. Ahora solo la van a derrumbar, lo van a arruinar, Alexander. Yo lo arruine todo

Me senté en un banco del cementerio y cubrí mi cara con mis manos.

-Esto no es culpa tuya, Raven, - dijo Alexander, animándome. Su estado de ánimo oscuro se iluminó. -Él no es el dueño de la casa todavía. Todavía hay tiempo.

-Si le decimos a tus padres, ¿tal vez no la venda?

-Mi padre se empeño en vender la casa. Ya lo enfrente con esa posibilidad. Él dice que el nuevo propietario tiene derecho a hacer con la casa lo que desee. Pero ¿cómo te enteraste? Mi padre ha dicho que nadie ha expresado interés.

-Yo lo escuché directamente de la boca del caballo: Trevor.

-Tiene que haber algo que podamos hacer. No quiero irme, y la mansión no es inútil.

Me volví hacia el monumento de su abuela y desee una respuesta.

-Tenemos que detenerlo. Su padre no puede comprarla. Nadie puede. Esta es su casa. Nuestra casa. Y muy especialmente de su abuela. - Me levanté y caminé al monumento. -Tu abuela Sterling construyó esa casa con amor. Para ella… y su familia.

-Lo sé, - dijo, -Esto rompe mi corazón por muchas razones. - Alexander se unió a mí en el monumento. -Es la casa de mi abuela... y siempre lo será.

-Eres el único que ha cuidado de ella. Sé que tu abuela estaría devastada si la vendieran o la destruyeran. No hay otro comprador que le pueda la casa más de lo que significa para ti y para ella.

Entonces se dirigió a mí.

-¡Acabas de decir, la cosa más inteligente!

-¿Qué quieres decir?

-No puedo creer que no lo haya pensado. - Alexander estaba exuberante. Me dio un beso enorme y se apretó a mí entorno.

-¿Qué pasa?

-La Mansión esta en venta, - dijo con una sonrisa. -Y yo sé de alguien que se muere por comprarla.

No tenía idea de a quien tenía Alexander en mente para comprar la mansión. Quien sea tiene que ser rico y alguien que Alexander no piense que se colgaran en la casa de su abuela. Y, ¿cómo lo ayudaría a que permaneciera en Dullsville? Mi novio me prometió que me contaría su plan tan pronto como nos reunimos de nuevo.

La siguiente puesta de sol que lo encontré en el furgón.

-No podía dormir en absoluto, - le dije que yo con impaciencia cuando estuve dentro.

Tomó mi mano y me estrecho.

-Así que dime… ¿Quién puede comprar la Mansión? - Le pregunté con un poco de esperanza en mi voz.

-Cumpliré dieciocho en meses, - Alexander comenzó. -Y cuando lo haga, voy a tener derecho a mi herencia. Mi abuela era una mujer muy generosa. Así que me imagino que voy a poder pagar por el mantenimiento de la Mansión.

Amplié mis ojos.

-Voy a comprar la Mansión, - dijo con orgullo.

-¡Esa es una gran idea! - Tomé sus manos y bailamos alrededor. -Eres un genio.

-No tengo que volver a Rumania si tengo un lugar propio aquí, ¿no? Y creo que mi
abuela sería feliz si ve que he usado el dinero para mantener la Mansión.

-¡Me gusta ese plan! - apreté a mi novio y lo bese en repetidas ocasiones. Estaba tan orgullosa del intelecto de Alexander. Yo sabía que salía con alguien que se remontaba más allá de sus años.

-Soy casi legalmente un adulto, - continuó. -Entonces voy a ser capaz de tomar mis propias decisiones.

La madurez de Alexander era como un afrodisíaco.

-¡Eres tan sexy y brillante! - dije.

-No te entusiasmes demasiado. Hay un contratiempo.

-¿De verdad? Pero yo pensé que habías dicho…

-Tendré que poner un depósito y, finalmente, pagar los costos de cierre. Tengo dinero en el banco, pero no es suficiente. Sólo necesito encontrar con el dinero para el pago.

La única cuota mensual que conocía en Dullsville era la tienda de videos. Yo estaba desorientada cuando se trataba de gastos de vivienda.

-¿Pero dónde vamos a encontrar esa cantidad de dinero?, - le pregunté.

-Ahí está el problema.

-Sólo tengo unos pocos cientos en el banco y cerca de sesenta en el cajón de mi casa, - ofrecí. -Voy a pedirles a mis padres un préstamo.

-¿Suficiente para el pago inicial de una casa? ¿Ellos simplemente se lo darán a una chica de dieciséis años de edad?

-No... a ti, - le dije.

-¿Su novio de diecisiete años de edad? Agradezco el pensamiento, pero no creo que vaya a más.

-¿Cuánto dinero necesitamos?

Alexander dijo un número mucho más alto de lo que había previsto.

-¿Dónde podemos encontrar ese tipo de dinero? - pregunte, estupefacta.

-Es la parte que no he descubierto todavía. Pero es necesario que sea antes de que el padre de Trevor recorte su cheque.



Capitulo 27: Papel Naper.

Estaba pensando en dos cosas: juntar bastante dinero para Alexander, antes que el padre de Trevor hiciera una oferta para la mansión, y necesitaba completar mí ensayo (o iniciarlo) antes de nuestra gran presentación.

Tuve un tiempo difícil, centrándose en los dos. No sabía cómo recaudar dinero, y si no averiguaba algo rápido, Alexander se iría a Rumania. Para calmar mis nervios, me senté en mi computadora y trate de comenzar el ensayo.

Pero, ¿cómo esperaba la Sra. Naper que podría centrarme en una carrera o en el futuro cuando Alexander se iba a al otro lado del mundo? Mi única esperanza ahora era inscribirme en la Universidad de Transilvania. Incluso si consiguiera suficientes notas, fuera aceptada, y podría asegurar que tardaría por lo menos años de distancia. Y para ese tiempo Alexander podría haberse casado con alguien más.

Sin embargo, si tuviera una carrera ahora y no dentro de cinco años, me gustaría ser capaz de ayudar a Alexander a conseguir dinero, golpee mis dedos contra mi escritorio con frustración y trate de centrarse en el ensayo.

Yo realmente nunca pensé mucho acerca de lo que yo quería hacer con mi vida que no fuera convertirme en un vampiro.

¿Cómo iba a explicárselo a mis compañeros? Empecé a pensar en lo que queria: vampiros, música mórbida, salir en los cementerios. Pero, ¿qué carrera me permitiría ser yo misma? ¿Una doctora? No podía que alguien se sintiera cómoda conmigo en una mascarilla quirúrgica y negras oscuras marañas próxima a ellos con un bisturí. Mis pacientes insistirían en la curación de ellos mismos. ¿Una abogada? No creo que una jueza permita minifaldas y monstruosas botas en una corte. ¿Una maestra? Los padres retirarían a sus hijos de mi clase.

Y, no quiero pasar el resto de mi vida en Dullsville… sobre todo teniendo en cuenta la posibilidad de que Alexander podría no estar aquí, también. Yo siempre me moría por salir de la ciudad, pero cuando conocí a mi verdadero amor todo cambio. Alguna vez soñé con un lugar en el que yo no fuera más una extraña. Y si Alexander regresaba a Rumania, iba a ser más solitaria de lo que había sido antes.

¿Temo ser fiel a mí misma delante de la clase de Inglés? ¿Era demasiada tímida para expresar todo lo que podría ser capaz de ser? ¿También estaba nerviosa por compartir mi sueño de convertirme en un vampiro o algo más que pueda elegir? Yo siempre pensé que mi personalidad era tan importante (no más) que la carrera que elegiría. Tuve que ser honesta acerca de que, especialmente ahora que me había burlado de los deseos verdaderos de Trevor en el informe. Pero, ¿realmente tengo el valor de decir de lo que carecía?

Tomé un respiro y comencé a escribir. Las palabras llenaban mi cabeza más rápido de lo que podía escribirlas. Escribí sobre mis pasiones, no importa lo ridículo que pudiera parecer a la Sra. Naper y a mis compañeros. La página en blanco rápidamente que se convertía en un ensayo. Yo estaba en la zona y nada iba a distraerme.

Cuando terminé mi primer proyecto, hice algunas notas para mi presentación.

Las carreras son para hacer dinero, pensé, pero una gran carrera era lo que hacías cuando amabas algo y te pagaban por ello. Trevor iba ser un futbolista profesional. Billy Boy sería un científico o un programador de computadoras. Alexander y sería un artista.

Pero, ¿él no era uno ya? Había ganado el primer lugar en la Feria de Arte en Hipsterville. Ahora sólo tendrían que pagar por su obra de arte para que comprara
la Mansión.

Y entonces me golpeó. ¿Por qué yo no había pensado en ello antes? Podríamos vender las pinturas de Alexander en la Subasta Anual de Arte de Dullsville.

El Papel Naper había demostrado ser más perspicaz de lo que yo nunca habría imaginado.

Convencer a Alexander acerca de mi brillante plan era otra cosa.

-La subasta de Dullsville, - le dije cuando nos reunimos en el interior del patio de ferrocarril. -Vamos a vender tus pinturas en la subasta.

-¿Estás bromeando? Nadie comprara mis obras. - Alexander miraba sus pinturas en la pared. -Escuchaste a mi padre. Pinto más como un hobby. Raven, la subasta es para profesionales.

-Alexander, tus pinturas son esplendidas. No necesitó ser una experta para decirlo.

-Tú estas siendo parcial por ser mi novia.

-Ganaste el primer premio de la feria de arte de Hipsterville. Ese jurado no salía contigo. Eres súper talentoso. Si he aprendido algo de mi ensayo de ingles, es que los hobbys pueden convertirse en tus carreras. Y vamos a comprobarlo.

-No lo creo… debe haber otra manera.

-No hay tiempo, - le rogué. -La subasta es esta semana. Es la única manera.

-No estoy preparado para que vean mi trabajo… y mucho menos pedir que lo compren - dijo

-Tú no. Yo lo haré.

-No se como inscribirme en una subasta. O a quien preguntar.

-Por desgracia… o suerte, - dije, -tengo una gran conexión con la subasta de Dullsville con mi malvado compañero de clase.

-Necesitó hablar con vos, - le dije a Trevor en cuanto lo vi la mañana siguiente. Estaba saliendo de su Camaro y caminando hacia la escuela sin prisa.

-¿De verdad? - dijo siniestramente. -Te va a costar. ¿Qué tal el beso que no me diste antes?

-¿Qué debo hacer para poner algo en la subasta de arte? - le pregunte.

-¿Qué tienes de valor?

-Yo no, pero alguien más si.

-Entonces, ¿por qué no me lo pregunta ese alguien?

-Porque actuó como su agente.

-Si recibís el 10% ¿Qué recibo yo? - me dirigió una sonrisa sexy.

-¿Qué tal una patada en la espinilla si te vuelves a acercar?

-Dijiste las cosas más dulces, Chica Monstruo. Lo siento, pero no te puedo ayudar.

Le di un tirón a su mochila.

-Te lo pido como tu pareja de Ingles… siendo solidaria. Fácilmente puedo saltarme la clase y ver como fracasas por la ventana.

Pensó mucho en sus opciones y luego acepto a regañadientes.

-Mi mamá es la encargada de la subasta. Te llevare con ella luego de la escuela.

-Agarro mi bicicleta y te encuentro allá.

-¿Crees que puedes entrar en el Club de campo vistiendo así? Voy a tener que acompañarte.

Él tenía su punto. Yo solo entraba al club cuando mi padre (completamente obsesionado por los deportes) obligada a usar tenis blancos. Ellos no permitían nada de lo que llevaba puesto ahora.

-Te veré en el estacionamiento - acepte.

Se sorprendió por la respuesta positiva que le dio y se dirigió felizmente a clase.

Luego de la escuela, me encontré a Trevor sentado en su Camaro… todo el equipo de fútbol estaba alrededor de el como si hubiera ganado la Copa Mundial.

Él abrió la puerta de automóvil.

-Entra.

Sus compañeros del equipo gritaron:

-¡Whooooo!

No me preocupaba mi seguridad, sino mi reputación. No quería que lo supiera una multitud… no ahora, quería mantenerlo así. Además, tenía un buen repelente si desidia ponerse amistoso.

-Becky y Matt también vienen - dije cuando la pareja mas hermosa de Dulsville llego a mi lado.

Yo estaba victoriosa, pero Trevor estaba desilusionado.

-Claro, - dijo tímido. -Seremos cuatro.

Pensé que la alarma se accionaría cuando entrara en el club y me arrestaría la policía de moda. Aunque Matt y Becky se hallaban cerca, un empleado se me acerco.

-¿Puedo ayudarla? - pregunto un hombre alto con un traje verde.

-Estoy aquí con Trevor. Trevor Mitchell. Él esta aparcando el auto.

-¿De verdad? - me pregunto mirándome.

-Sé que hay un código de vestimenta. Pero solo estamos de paso.

Entonces mi salvador cruzo la puerta en caquis.

-Hola, Dave, - Trevor dijo -Estoy aquí para ver a mi mamá.

-Hola, Trevor. ¿Cómo esta? Su madre se encuentra en la sala de banquetes. - Fue la primera vez que me sentí feliz con Trevor al lado mió.

Caminamos por el pasillo alfombrado con colores naranja y marrón. Tenían falta de originalidad, de inspiración… verde hotel pintado en las paredes.

La Sra. Mitchell abría una caja de cartón cuando se dio cuenta de que Trevor cruzaba la puerta. Sonrió y se puso de pie, luego, frunció el ceño cuando vio que entraba a la sala detrás de su hijo.

-¿Tienes problemas? - fue lo primero que se le ocurrió decir.

-Raven, quiere ofrecer algo en la subasta.

-Hola, Matt, Becky… Raven.

-Hola, Sra. Mitchell - respondimos al unísono. La Sra. Mitchell se parecía mucho a una maestra que los estudiantes temían tener cerca los que sobresalían y menos los que no.

-Es amable de tu parte que ayudes a tus… - ella me miro vacilante, -…amigos.

Ella, al igual que Trevor, se mostró recelosa de que yo participara en una subasta de alta sociedad de Dulsville. Se esforzó por ocultar el desprecio que me tenía… pero era evidente que pensaba que no tenia nada de valor para la subasta.

-Esto es para un proyecto de la escuela, ¿verdad? - pregunto. -Esta es una subasta para profesionales. No es una subasta de pingüinos realizado con papel mache en la clase de arte.

-No, - dije con mi voz educada. Normalmente, diría algo vulgar, pero el destino de la Mansión y de Alexander dependían de mí. Así que la bese amablemente en la mejilla como si nunca la hubieran besado antes. -Estamos estudiando las carreras en las clases de Ingles… así que pensé, ¿qué mejor ejemplo de ver el éxito de una mujer que tenerla cerca? No voy a ver solamente como se organiza el evento, voy a ver como funciona una subasta de arte de verdad.

-Bueno… yo no lo sabia - dijo la Sra. Mitchell, de repente brillante y encantadora. -¿Qué piensas subastar?

-Pinturas.

-¿De la colección de tu padre? ¿De un artista conocido?

Tenía miedo de decirle que seria un vampiro adolescente.

-No. Es un joven muy talentoso de Europa.

-¿Europeo? - pregunto la Sra. Mitchell, con los ojos casi saltaron de su cabeza. -Seria bueno mostrar a un extranjero. Pero, por supuesto, yo tendría que ver primero las pinturas.

-Alguien las traerá, - dije rápidamente.

-Bien, luego llena el formulario. Y luego trae las pinturas alrededor de esta semana… a no más tardar de las cinco de la tarde.

-¿Eso es todo? - pregunto Trevor en mi nombre.

-Eso es todo. Te reservare un espacio.

-Gracias, - le dije.

-¿Por qué no te quedas para que pueda enseñarte la planificación del evento? Te puede ayudar con tu informe. Luego podré llevarte a tú casa.

-Eso es excelente, mamá - dijo Trevor antes de que contestara. -La tengo que llevar a casa antes de la práctica de fútbol de esta noche.

-Bien. Y recuerda, todas las piezas de arte tienen que ser verificadas antes de las cinco.

Alexander no podría traer las pinturas antes de la puesta de sol. Pero, ¿cómo podía colocar todas las pinturas de Alexander en mí bicicleta? Tenia que encontrar a alguien fuerte, que no estuviera retenido por el toque de queda, solo esperaba que Jameson se hubiera hecho un par de músculos con la aspiradora.

-Voy a dejarlos a ustedes dos primeros. Luego, la dejare a Raven en su casa, - dijo Trevor cuando se apresuro fuera del estacionamiento del club. En ese momento tendría que haberme quedado con su madre y haberme ido con ella.

-Oh, genial. Voy para la casa de Raven. - dijo Becky, y la expresión de Trevor paso del triunfo al tormento. Dejo a Matt silenciosamente y no abrió la boca en todo el viaje, apenas nos dejo antes de irse a toda velocidad.

-Te debo algo grande, Becky, - le dije cuando estábamos a salvo en la vereda.

A diferencia de Becky, yo no poseía mi propio camión.

-¿Quieres subir al manubrio o al asiento?

-¿Qué tal si espero a que Matt me recoja? - sugirió. -Entonces, te ahorrarías los calambres en las piernas.

Nos sentamos en las escaleras delanteras.

-¿Te puedo decir quien es el artista que creo las pinturas que voy a subastar?, - empecé.

La cara de Becky brillo.

-¿Quién es?

-Es un secreto grande.

-¿Hay otro tipo de secretos?

-Ni siquiera Matt lo puede saber.

Becky hizo una pausa.

-¿Por siempre?

-No; solo hasta que termine la subasta.

-Puedo hacerlo.

Se inclino más cerca y yo le dije con voz baja y suave:

-Las pinturas que subastare son de Alexander.

-¡Eso es fantástico! - afirmo. -Pero… ¿por qué es un secreto?

-Por que no queremos que sepan que el es un artista. Tenemos miedo de que nadie quiera comprar las pinturas si saben que es adolescente… sobretodo que vive en la Mansión.

-Tiene sentido. Pero… ¿qué harán con el dinero?

-Ese es un secreto mayor… Alexander comprara la Mansión.

No paso mucho tiempo antes de que Matt llegara.

-¿Qué sucede?

-Nada, - dijo Becky, entrando al automóvil de Matt. -No pasa nada, ni tengo nada que decir… de hecho nunca lo haré.

Confundido, Matt condujo a Becky mientras ella sonreía y miraba por la ventana.



Capitulo 28: Jefa de la clase.

La mañana siguiente nos sentamos mientras escuchábamos varias presentaciones dolorosamente aburridas. Mis compañeros revelaban sus deseos de ser diseñadores de Web, farmacéuticos y propietarios de restaurantes. Rece para que no quedara tiempo para la presentación de Trevor y la mía, pero todavía quedaban diez minutos en el reloj.

Mis rezos no fueron contestados.

-Entonces… ¿qué hiciste para aprender de ti? - la Sra. Naper pregunto.

Para Trevor, que siempre era la estrella, no era un sacrificio ser el centro de atención. Se dirigió al escritorio de la Sra. Naper si ningún deseo de no llamar la atención, mientras que yo me dirigí hacia el como si caminara hacia la guillotina.

-Cuando iba al jardín, - comenzó Trevor. -Como muchos otros niños, yo quería ser un superhéroe - las chicas de la primera fila se carcajearon nerviosamente.

Trevor detuvo su lectura y las miro fríamente hasta que ellas miraron para otro lado.

-Obvio que no soy un chico común, - continuó -pero me gusta la acción, la velocidad y las peleas. Lo que aprendí de este ensayo es que cuando eres un niño, no te preocupa lo que piensen de ti. Y tus sueños no poseen ningún límite. Tal vez sea sencillo, predecible y seguro seguir la profesión de tus padres. Pero mi ensayo habla del valor de un superhéroe, ya que lo necesita para seguir su propio camino. Y el camino que quiero en mi vida… - comenzó, y se dirigió a mi, -…es ser un jugador de fútbol profesional.

-Se supone que tendrías que decirnos algo que no sepamos, - dijo una obsesionada por el Prada mientras ojeaba su cuaderno.

Estaba sorprendida por su discurso. Yo lo había desafiado cuando lo había entrevistado antes y él sentía que me tenía que probar que no era el cobarde que yo creía. Me preguntaba que hubiera dicho si él hubiera proclamado que quería ser un promotor inmobiliario como su padre.

Toda la clase aplaudió y la Sra. Naper felicito a su alumno favorito:

-Muy interesante, bien dicho Trevor, - dijo entusiasmada -ahora, todavía hay tiempo para la presentación del ensayo de Raven.

Mire a mis compañeros… me miraron desafiantes, como si fuera el acto principal de un show de fenómenos de circo.

-Cuando era niña, - empecé, -quería ser vampiro.

Se rieron sarcásticamente. Fruncí mis labios y apreté mi puño.

-¡Silencio! - ordeno la Sra. Naper.

Yo mire a Becky, quien me dio una señal de aliento con los pulgares hacia arriba.

-Y desde ese tiempo, - seguí, -yo viví mi vida de forma que reflejara eso. Nunca me importo lo que los otros vistieran…

-… evidentemente… - dijo alguien.

-…o digieran - continué -y por ello fui excluida. Solo por ser como soy. Así que creo que encontrare una profesión como ser la editora de mí propia revista de moda gótica. - Yo dije con entusiasmo. -Pero ya que estamos mirando hacia nuestro futuro, no estoy segura si esto seria lo que queremos ser profesionalmente sino quienes queremos ser. ¿Alguien honesto o engañoso? ¿Alguien compasivo o cruel? ¿Alguien leal o infiel? En cualquier profesión se puede optar por cualquiera de esas cosas. Creo que este trabajo no es sólo sobre que queremos elegir para que sea nuestra profesión, sino sobre todo lo que vamos a elegir ser. Y yo elijo ser siempre leal a mí misma.

Me paré en frente de mis compañeros, a la espera de su respuesta. No hubo risas. No hubo sarcasmos. Ni abucheos siquiera. La Sra. Naper y Trevor, parecían aturdidos.

En ese momento sonó la campana.

Aliviada de que la clase finalizo, seguí a Trevor y entregué mi ensayo. Como el resto de mis compañeros salí del salón, y escuche a una porrista hablando con su amiga.

-Yo sé que dije que quiero ser un modelo, pero lo que quise decir fue que quería ser un excelente modelo.

-Sí, - dijo una obsesionada por el Prada. -Cuando tenga mi propia línea de ropa de diseño, voy a dar el diez por ciento de los bienes a la caridad.

Después de las dos porristas, un miembro de la banda fue de repente de pie junto a mí.

-Dije que quería ser maestro, pero realmente no he decidido lo que quiero hacer, - él me confeso. -Me hiciste sentir que estaba bien centrarme en mí mismo por un tiempo. Y el resto seguirá.

-Creo que eso esta bien, - le dije tranquilizadora.

La Sra. Naper puso mi ensayo y el de Trevor en su carpeta.

-En todos los años que he estado dando esta tarea, la presentación tuyas y la de Trevor fueron las dos mejores. - Ella se enorgulleció.

Trevor puso su brazo alrededor de mí antes de que pudiera mandarlo lejos.

-Supongo que significa que vamos a estar trabajando juntos otra vez muy pronto, - dijo triunfante, y desapareció en el pasillo.

Becky me entregó mi mochila.

-Parece que tu presentación fue más poderosa de lo que habías previsto. Tal vez deberías ser una oradora motivacional.

-¿Puedo usar las botas de combate? - pregunte.

-Serás única, - dijo, y me arrastró fuera de la clase.

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Espero que les guste. Besotes!

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